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ANTONIO LÓPEZ GUARDADO | NUEVO PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ITMA

Un ingeniero de éxito forjado en la gran siderurgia

El avilesino estudió en el San Fernando y formó parte de la primera promoción de contratados en prácticas en Ensidesa

Antonio López, a la entrada de la sede del ITMA. MARA VILLAMUZA

La del ingeniero Antonio López Guardado (Avilés, 1959), nuevo presidente de la Fundación ITMA en representación de la multinacional Arcelor-Mittal, es una vida dedicada a la siderurgia. Entró en Ensidesa con un contrato en prácticas en diciembre de 1983 y ahora, 33 años después, afronta nuevos retos de la mano de la multinacional, entre ellos el desarrollo del plan estratégico del Instituto de Materiales para el periodo 2017-2020. El miércoles pasado participó en su primer acto público como presidente del centro tecnológico, la presentación de las primeras becas de la Manzana del Acero. "El acto de esta semana fue particularmente emotivo para mí, fue como retrotraer 33 años, son tantos recuerdos", afirma.

López Guardado, el segundo de cinco hermanos, forma parte de la exitosa cantera del colegio San Fernando. "Estudié en los Agustinos y formé parte de las últimas promociones. Al poco tiempo ya lo compró el San Fernando. Los primeros 25 años de mi vida los pasé en Avilés, y muy feliz", relata el ingeniero, que jugó al baloncesto en la Atlética Avilesina y en Ensidesa. Se licenció como ingeniero de minas por la Universidad de Oviedo en 1983 y ese mismo año, en diciembre, comenzó a trabajar en prácticas para la gran siderúrgica local, entonces Ensidesa. Aquel contrato era para un año. "Recuerdo aquella ilusión por empezar una etapa nueva, la incertidumbre de qué te vas a encontrar en el mundo laboral. La ilusión lo puede todo", sostiene.

Aquella fue la primera promoción de contrataciones en prácticas de Ensidesa. "Éramos como los protegidos. Hice prácticas un año en la acería LD-I y LD-II y después estuve una temporada en una empresa del mundo del refractario, también en Asturias", explica. No tardó en regresar a la gran compañía siderúrgica, la misma en la que trabajaron su padre Antonio (ingeniero que pasó por varios departamentos) y su madre María Jesús (secretaria y mecanógrafa).

En febrero de 1986, volvió a Ensidesa, ya con contrato fijo. Comenzó en el ambicioso plan de la acería LD-III (también denominada LD-A), desde la fase de proyecto y construcción. "Fue muy ilusionante y formativo, una época buenísima", dice. Aquella fue una etapa clave para la compañía. La siderurgia asturiana volvió a latir con la construcción y arranque de esta instalación, fruto del primer paso de la dura reconversión que sufrió la siderurgia nacional en las décadas de 1980 y 1990.

López Guardado pasó por diferentes puestos de fabricación, entre ellos en el TBC (tren de bandas en caliente) y ya con Aceralia asumió el puesto de director industrial. En el 2000, fue nombrado director general de operaciones de las fábricas de productos planos y asumió la dirección general de la factoría asturiana entre 2002 y 2003.

Su escalada también le llevó por puestos directivos en plantas extranjeras, en Gante y Luxemburgo. A esta última ciudad, en la que desarrolló trabajos transversales para la multinacional, se trasladó con su familia. "Aquello es muy diferente, una cultura muy distinta. Esas experiencias te enriquecen y te hacen ver la calidad de vida que tenemos aquí. Una cosa es nivel de vida y otra muy distinta calidad de vida", subraya.

Tras la experiencia en el extranjero, la carrera del ingeniero avilesino viró hacia el área comercial, "un cambio total y enriquecedor" que le permitió "ver la compañía desde otra otro prisma" y completar "las claves para entender la compañía desde un punto de vista global". Representante de Arcelor-Mittal en Unesid, la Unión de Empresas Siderúrgicas, López Guardado pasó a formar parte en 2010 del equipo de soporte para la división de negocio Suroeste, un grupo transversal que abarca mejora de métodos de producción, ayudas a operaciones de compras, materias primas y proyectos de I+D. Ahora asume la presidencia del ITMA. "Estoy muy satisfecho de representar a Arcelor-Mittal en Unesid y ahora en el ITMA, es una etapa nueva y apasionante. Nicolás de Abajo (su predecesor) ha hecho una labor fantástica, mi objetivo es representar a la compañía y seguir el plan estratégico que él dejó trazado", asevera.

En Arcelor, no tienen más que palabras de admiración y respeto para este avilesino, padre de tres hijos (todos estudiantes de ingeniería). No solo destacan su valía profesional, sino sobretodo su talante y carácter. "Es una persona maravillosa", aseguran otros directivos de la multinacional siderúrgica de Antonio, amante de las caminatas y del medio ambiente y que mira al horizonte con optimismo. "El futuro de Arcelor-Mittal en Asturias es esperanzador. Es una de las fábricas punteras del grupo y se ve en las inversiones que se han realizado", concluye este avilesino con carrera de acero.

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