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El rey de la Patagonia, "un genocida"

El Senado de Chile discute un proyecto de ley que reconocerá legalmente que estancieros como el avilesino José Menéndez aniquilaron a los indios australes

El escritor asturiano José Luis Alonso Marchante.

El rey de la Patagonia, el empresario mirandino José Menéndez (Avilés, 1846 - Buenos Aires, 1918) está en el punto de mira por la presunta matanza de nativos del Cono Sur a finales del siglo XIX. El Senado de la República de Chile discute una proposición de ley que presentó el pasado diciembre la presidenta del Partido Demócrata Cristiano, Carolina Goic, que es natural de Magallanes, cuya intención es que se reconozca de manera oficial el genocidio de los pueblos selk'nam (más conocidos como ona), aónikenk, yagán y kawésqar; los nativos de la Tierra de Fuego y Patagonia, en el sur de Argentina y Chile.

El escritor asturiano José Luis Alonso Marchante es autor de "Menéndez, rey de la Patagonia", un éxito editorial tanto en Chile como en Argentina. En poco tiempo, ha vendido más de 12.000 ejemplares en ambos países. En los dos, el empresario avilesino José Menéndez y otros dos colegas -José Nogueira y Elías Braun-, actuaron como señores medievales en lo alto de su almenas. El libro de Alonso Marchante es una de las bases históricas citadas por la senadora Goic en su proposición de ley, que actualmente se encuentra en tramitación en la comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía del Senado chileno.

Alonso Marchante adjudica a Menéndez la eliminación de "entre 3.000 y 4.000 indios selk'nam". El escritor apunta: "Las leyes de la época limitaban a 20.000 hectáreas la superficie máxima en manos de una única familia. Menéndez acumuló millones por medio de testaferros, sociedades entramadas... Pero eso no fue lo peor. La acumulación de tierras chocó con sus habitantes: los 3.000 o 4.000 indios que vivían de los guanacos, una especie de llamas, de las que los aborígenes se alimentaban y vestían. Cuando llegaron las alambradas y las ovejas, los guanacos se perdieron. Así que los ona empezaron a pasar hambre y, en consecuencia, a matar ovejas. José Menéndez entonces ordenó a sus capataces que acabaran con los que consideraba intrusos. Lo hicieron de tal manera que casi los exterminan", asegura. Uno de aquellos capataces fue el escocés Alexander MacLennan.

Según la historiadora argentina María Andrea Nicoletti en 1883 había 2.500 indios onas en Patagonia y, en 1903, apenas 500. "Pedro Ricaldone escribió un informe en 1910 donde recomendaba el cierre de las misiones de Tierra del Fuego porque no atendían a más de diez indios cada una y eso suponía un gasto de dinero superfluo", concluyó Nicoletti.

Una de las fuentes principales que documentan el plan genocida de Menéndez y sus colegas oligarcas es la carta que monseñor José Fagnano, Prefecto Apostólico en Tierra del Fuego, escribió en 1899 al ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Amancio Alcorta. Acusaba al empresario avilesino de "dar caza a los indios, sea por sus peones que van haciendo excursiones en los bosques, sea por la policía, cuyo inspector vive en la misma estancia del señor Menéndez". Los hombres del avilesino, por su lado, acusaron a Fagnano de dar cobijo a los "indios ladrones" de las ovejas.

La propuesta que Carolina Goic ha presentado en el Senado pretende que se apruebe "el reconocimiento del Estado y los gobiernos locales del genocidio perpetrado contra las etnias selk'nam, aónikenk, yagán y kawésqar" y, además, que se erija "un monumento en Tierra del Fuego destinado a recordar los principales rasgos culturales y perpetuar la memoria".

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