Las niñas se tienen que poner de rodillas en las sillas de tela para poder llegar a la mesa del taller. En la mesa tienen las cuartillas y los colores y Anxelu González, "Xelu", su monitor, fija su mirada en las creaciones que van saliendo de las mentes de sus pequeñas alumnas. Tienen menos de tres años, pero empiezan a dibujar como nadie. Son las primeras usuarias de La Habitación Blanca, "un espacio creativo", dice su Laura García, su gestora, que abrió ayer de par en par su nueva sede, en la calle de la Fruta.

"Sé que es difícil, pero pretendemos ser un centro de atracción para los más inquietos de la ciudad", explica García, que también es diseñadora de arte efímero. "Ahora Antonio Álvarez y yo tenemos entre manos la escenografía del proyecto de teatro que se está desarrollando en La Laboral", apunta la también propietaria de Ho Estudios.

La Habitación Blanca nació hace seis años como galería de arte. "El local era muy pequeño, nos trasladamos la primera vez y, ahora, la segunda", señaló Laura García. "Nos picaba el gusanillo: queríamos tener un sitio en el que poder desarrollar talleres, conferencias, cursos intensivos, presentaciones de libros... Llevamos tiempo con talleres de artes escénicas, sobre todo, para adultos", apunta Laura García. La actriz Cristina Puertas es la responsable de estas clases. Puertas forma parte del elenco de un penúltimo "Ricardo III", el de "Higiénico Papel". Ho Estudios ha creado la escultura de plástico y celo que se presentará próximamente en la Factoría Cultural. "Nos dieron una beca de creación", señaló Laura García.

O sea, una academia, pero también un club social. "Los talleres que ofrecemos tienen un precio muy pequeño, pero cedemos el local para las actividades que buscan algo más", reconoció la empresaria. "Esto es lo que estábamos haciendo ya al comienzo de todo, pero en un sitio tan pequeño...", añadió.

Los dos diseñadores comenzaron a trabajar juntos incentivados por el Descenso de Galiana: artilugios salidos de sus manos bajaron el Antroxu más espumoso de todos. "Lo que nos gustan son las piezas de gran formato y duración breve", confiesa la propietaria de La Habitación Blanca.

Desde sus ventanas se ven los balcones que fueron espacios escénicos quijotescos este último Festival Sol Celta. "También hacemos carpas singulares", apuntan. O sea, fiesta en forja, salón para aficionados. Y todo con los niños dibujando y dibujando y con padres que entran pidiendo el calendario de actividades para el resto de la semana. Donde hay yoga para niños y adultos y también talleres para aprender a hablar en público. La Habitación Blanca empieza a tomar color. Las alumnas de "Xelu" siguen dando juego a sus papeles tan blancos.