El médico de familia del Servicio de Salud del Principado de Asturias que ayer declaró en calidad de imputado por prescribir anabolizantes a un mismo paciente durante unos dos años reconoció haber firmado algunas recetas, pero en ningún caso 257 fármacos de este tipo como sostiene el Ministerio Fiscal. El facultativo -le quedan dos años para jubilarse y lleva ejerciendo desde 1999- aclaró que recetó Testex Prolongatum, Deca-Durabolin y Winstrol Depot a un enfermo con el que mantenía cierta relación desde hacía años y que estaba aquejado de un problema muscular y sufría también problemas de fertilidad.

"Le medí los testículos y le realicé tres o cuatro tactos rectales y le diagnostiqué hipogonadismo. Él, de unos 60 años, quería tener un hijo a toda costa e iniciamos el tratamiento. El paciente rechazó cualquier consulta con un urólogo y yo acepté su confianza en mí", explicó el facultativo, que en ningún momento anotó la prescripción en la historia clínica del paciente. "Los datos los tenía en mi cabeza", confesó. "En guardias en las que ves a más de ochenta enfermos no se apunta casi nada", ahondó.

El enfermo, siempre según el relato del imputado por un delito contra la salud pública, acudía siempre a su consulta en alguno de los cinco centros de salud en los que ejerció entre 2013 y 2015, aunque su tarjeta sanitaria dependía de Llano Ponte. "En este tiempo le receté estos medicamentos, pero no acepto que digan que receté ese número ingente de fármacos, más aún teniendo en cuenta que en ese periodo estuve ocho meses de baja", precisó. Y dejó una puerta abierta a la investigación: "Tal vez hayan falsificado mi receta, o haya un error. También dicen que estuve trabajando para el HUCA y nunca hice tal cosa".

El facultativo rechazó cualquier relación entre la prescripción de los anabolizantes y su consumo posterior por deportistas para aumentar su rendimiento, como relata el Ministerio Fiscal. "Yo no he entrado en un gimnasio en mi vida y jamás, jamás, recibí nada por recetar estos productos. Yo no he hecho nunca nada ilegal. Pierdo el culo por los pacientes y en este caso receté estos medicamentos a una persona que estaba en una situación agónica porque quería tener un hijo", aclaró. El supuesto paciente que adquirió los fármacos en distintas farmacias de Avilés e imputado también -el Ministerio Fiscal sostiene que facilitaba a deportistas los anabolizantes con el fin de aumentar su rendimiento y su capacidad física, con el consiguiente peligro para su vida y su salud- no se personó en la vista oral.

El presunto paciente

En el juicio prestaron declaración en calidad de testigos agentes de la Guardia Civil que participaron en la operación "Apoteka" que se inició a principios del año 2014 en Asturias, representantes de dos farmacias de Avilés que dispensaron los fármacos al supuesto paciente infértil que no logró tener descendencia y dos médicos, uno de ellos el forense. Los agentes explicaron la investigación, pero coincidieron en que nunca cotejaron si el médico implicado estaba o no de baja cuando sucedieron los hechos ni si los anabolizantes fueron facilitados con posterioridad y por el supuesto paciente a deportistas. La médico forense añadió, por su parte, que de acuerdo a su documentación "para ninguna de las patologías del enfermo estarían indicados los tratamientos pautados". Y añadió: "Si hubiese tomado el contenido de todas las recetas habría sufrido efectos secundarios importantes".

El Ministerio Fiscal tras escuchar a las partes mantuvo la pena de cárcel para el médico y su paciente: un año de prisión, multa de 6.480 euros e inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante tres años. "He llegado a la conclusión de que todo lo que nos ha dicho es mentira", dijo la fiscal. Y añadió: "No hay nada que indique que las recetas son falsas y creo que en este caso hay dos investigados y es más listo el otro acusado". La defensa del médico pidió la libre absolución. "No se ha demostrado que esos medicamentos se hayan puesto en circulación en vez de ser para consumo propio, del paciente. Y los hechos no están acreditados", valoró la abogada María Jesús Suárez. Agregó: "Mi cliente lo único que ha hecho mal es no anotar lo que recetaba en la historia clínica de su paciente". El caso quedó visto para sentencia. Al salir de la sala del penal número 2, el facultativo precisó: "Vivo de renta, no tengo coche... ¿dónde está el negocio de todo esto?".