En una de las asambleas más numerosas que recuerdan, los trabajadores municipales acordaron ayer iniciar movilizaciones para reivindicar sus derechos laborales y acabar con la "cerrazón" del gobierno local a la hora de tratar los problemas de la plantilla. La chispa que hizo saltar todo y "provocar" la unidad de todos los sindicatos con representación en el Ayuntamiento fue la decisión del PSOE de convocar la oferta pública de empleo sólo por concurso y no por concurso-oposición, mermando así las posibilidades de aquellos empleados que no están fijos pero que llevan décadas realizando su labor en la Casa Consistorial.

Un centenar de trabajadores aprobó por mayoría -solo hubo una abstención- realizar paros parciales de dos horas al día. Eso sí, esas paradas se harán cada jornada en un área del ayuntamiento diferente, y así irán rotando por todas las dependencias municipales. La idea es alargar esos paros durante unos tres meses a partir del próximo 1 de marzo.

Los empleados también acudirán mañana al Pleno en señal de protesta. Está previsto que, durante la sesión, tomen la palabra los representantes de la Junta de Personal y el Comité de Empresa para denunciar la situación de precariedad que vive la plantilla y el "no por el no" en el que se ha instalado el PSOE. Finalmente, los trabajadores dieron su apoyo explícito al decálogo elaborado por las secciones sindicales -Sipla, Avanza, UGT, CC OO y Usipa- para negociar con el gobierno local, por el momento sin éxito. Entre sus reivindicaciones está la paralización temporal de las convocatorias de empleo público para negociar unas nuevas bases generales; la consolidación extraordinaria del empleo público, la implantación de la carrera profesional, la revisión de la relación de puestos de trabajo, la jornada de 35 horas o la remunicipalización de los servicios públicos.

"No podemos aflojar. O les demostramos que no nos movemos de nuestras reivindicaciones o no nos tomarán en serio", arengó uno de los asistentes a la asamblea. En ese sentido, Manuel Jesús Villa, representante del Sipla y que ejerció de portavoz del resto de sindicatos convocantes, instó a la plantilla a implicarse en las acciones que se lleven a cabo para luchar por sus derechos.

Otra de las asistentes, no obstante, recriminó a los sindicatos que en los últimos años no hayan propugnado la unión que ahora abanderan y estuvieran más preocupados en sus peleas internas. Una crítica que asumió Villa. Reconoció que aunque ahora tienen diferencias en algunas cuestiones, están unidos en la principal, que es conseguir las mejoras para los trabajadores.

Durante la asamblea se puso encima de la mesa la posibilidad de realizar otras acciones. Se llegó a votar incluso hacer una huelga a la japonesa -aplicar la ley a rajatabla- para "colapsar los diferentes servicios", pero no salió adelante.