La consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, ha elegido la vía espistolar para proponer una fórmula de desbloqueo de los accesos al Parque Empresarial Principado de Asturias (Pepa). El ofrecimiento que la dirigente autonómica ha remitido por carta al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, consiste en que el Principado asuma ya el tramo final de la autopista "Y", lo que haría innecesario el permiso del Gobierno central para hacer el pinchazo de la nueva vía, que suma casi una década de retraso. Y es que, según el Principado, la obra está "enquistada por la negativa del Ministerio a autorizar la conexión".

La solución de Fernández pasa por asumir el tramo que va del punto kilométrico 1+680 (donde se sitúa una pasarela peatonal) hasta su intersección con la antigua carretera a Gijón. De esa forma, sería innecesaria la autorización ministerial para el pinchazo y se podría mantener la continuidad y funcionalidad de la red, ya que la mayor parte del itinerario quedaría en manos del Estado.

Además, Fernández defiende que esta cesión es compatible con el protocolo firmado en el año 2007 entre el Ministerio y el Principado de Asturias, de cesión de la totalidad de la AI-81, una vez resuelto definitivamente el acceso por el noroeste al puerto de Avilés, que es de interés general del Estado. Como argumento para convencer al Ministro, la Consejera insiste en que la necesidad de desbloquear la situación debe prevalecer por encima de las diferencias de criterio que tienen las dos administraciones

El escaso kilómetro y medio, que en su día se licitó como el más caro de España, no ha dado más que problemas desde que comenzó la obra. Los accesos rodados al polígono de la ría, una obra que se licitó en el año 2007 y que comenzó a ejecutarse a principios de 2010, quedó detenida en julio de ese mismo año. El 29 de noviembre de 2010, el entonces consejero de Infraestructuras, el socialista Francisco González Buendía, firmó la "suspensión temporal total" de los trabajos.

La dirección general de Infraestructuras comenzó entonces a buscar la solución para los dos problemas que impedían la conclusión de la carretera: la línea de alta tensión, que había que trasladar, y el permiso del Ministerio de Fomento para hacer el "pinchazo" con la autopista, una gestión que no se había hecho en su día. Pero fueron necesarios más de cuatro años para que finalmente se resolviera uno de los dos inconvenientes, el de las torres de alta tensión, que quedó solventado a finales del año 2015.

Pero aunque los trabajos se han ido avanzando desde entonces, queda aún pendiente encontrar una solución para desbloquear el pinchazo con la autovía AI-81. La ejecución se reanudó con la instalación de los pilotes sobre los que se colocan las estructuras que conformarán el vial que tiene que comunicar las empresas del Pepa con la autovía del Cantábrico: una sobre la carretera vieja a Gijón (AS-19) y el otro será el que va a conectar con la glorieta de acceso. Y las máquinas continúan allí trabajando.

De dar el Ministerio de Fomento el visto bueno a la propuesta de Belén Fernández, la obra podría avanzar hacia su conclusión definitiva, con la conexión con la autopista "Y", que el vial sobrevuela parcialmente mediante una rotonda. La respuesta de Íñigo de la Serna es, pues, fundamental para el futuro de esta infraestructura. Quedará, no obstante, otra tarea a medias, que es la compensación de los propietarios expropiados. Porque algunos de ellos, que llevaban una década esperando, han recurrido el precio ofrecido al considerarlo insuficiente.