Donald Trump quiere levantar varios muros en Avilés durante el Antroxu. ¿Su objetivo? Impedir el acceso a los vecinos y a los visitantes que se acerquen a la villa para disfrutar de los placeres de Don Carnal. "Voy a colocar uno en Sabugo para cerrar el paso a la plaza del Carbayo y otro en Galiana para que no se pueda subir al Carbayedo", afirmó ayer el presidente de los Estados Unidos. "Y esos muros que los paguen esos", añadió en referencia a dos mexicanos, uno Pancho Villa y otra, la "abeja maya". "Pero maya, de la cultura maya", expresó el insecto alado. Toño Caamaño hacía las veces de Pancho Villa y Carmen Peláez, de "maya". Ambos mexicanos son fieles defensores del Antroxu y, por eso, intentaron acabar con los planes de Trump, que en su versión avilesina se correspondía con un disfraz del artista Amado Hevia, "Favila", caracterizado con grandes cejas, peluca rubia, una chapa con la bandera americana en la solapa y una corbata rosa "muy discreta".

Con esa parodia, Avilés presentó ayer los actos del Carnaval, que comenzará el miércoles de la próxima semana en la plaza mayor de Llaranes. Al acto inaugural asistió la concejala de Festejos, Ana Hevia, y las peñas antroxeras. Los aún Príncipes del Goxu y la Faba, "Los Arronxaus" no faltaron a la cita. Y, con ellos, varios miembros de la Cofradía del Santo Entierro de la Sardina, los de la Sardina Arenque de Llaranes y otros colectivos como "Savia Nueva" de Sabugo, que acudieron disfrazados de marineros.

"Hay que animar a los avilesinos a salir a la calle por Carnaval e intentar acabar con la idea de que está de capa caída, queremos que poco a poco el Antroxu vuelva a ser lo que era antes", expresó Daniel Delgado, metido en la piel de un Pitufo, como otros miembros de su peña. Otro era "Peter Pan". "Durante el Antroxu iremos todos disfrazados iguales, de 'Marvin', personaje de 'Looney Tunes'", añadió Delgado.

El Antroxu de 2017 intentará recrear un universo de dibujos animados. De ahí que más de uno de los asistentes a la presentación del Carnaval insistiera en que "hay que animarse", utilizando así un juego de palabras. Y, entre pinchos, más pinchos y algún que otro vino, los carnavaleros más insignes de la villa dieron el pistoletazo de salida a una fiesta que "no se puede dejar que muera", como insistieron los asistentes a una acto en la que Trump no pudo colocar sus muros.