La avilesina Raquel Gándara y su pequeño Jonathan Ríos, que vino al mundo el viernes en plena calle ayudado por dos policías, descansan ya en su hogar familiar de La Carriona tras recibir ayer por la mañana el alta en el Hospital San Agustín. "Es muy bueno, no llora y come mucho. Mira, se arañó todo", explicaba ante el centro hospitalario y con el bebé en brazos la parturienta, que aún no se ha repuesto del trance. "¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!", repetía Gándara por las circunstancias del alumbramiento de su segundo hijo.

El pequeño Jonathan vino al mundo junto a la Comisaría de la Policía Nacional, justo después de que el coche en el que un vecino trasladaba a su madre al hospital tuviera un accidente. El peculiar parto tuvo repercusión hasta en los medios de comunicación nacionales y la imagen de la madre con los dos policías que la asistieron corrió como la pólvora por las redes sociales. "Se hicieron una foto con nosotros, pero creíamos que era para ellos. De pronto nos hemos visto en el Facebook, en los periódicos, en la televisión....", apuntaba ella, entre risas. "A mí me reconocieron hasta en la gasolinera. Este fin de semana fui a echar gasolina al coche y me identificaron", añadía, a su lado, el padre del bebé, también Jonathan Ríos.