La avilesina Raquel Gándara y su pequeño Jonathan Ríos, que vino al mundo el viernes en plena calle ayudado por dos policías, descansan ya en su hogar familiar de La Carriona tras recibir ayer por la mañana el alta en el Hospital San Agustín. "Es muy bueno, no llora y come mucho. Mira, se arañó todo", explicaba ante el centro hospitalario y con el bebé en brazos la parturienta, que aún no se ha repuesto del trance. "¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!", repetía Gándara por las circunstancias del alumbramiento de su segundo hijo.

El pequeño Jonathan vino al mundo junto a la Comisaría de la Policía Nacional, justo después de que el coche en el que un vecino trasladaba a su madre al hospital tuviera un accidente. El peculiar parto tuvo repercusión hasta en los medios de comunicación nacionales y la imagen de la madre con los dos policías que la asistieron corrió como la pólvora por las redes sociales. "Se hicieron una foto con nosotros, pero creíamos que era para ellos. De pronto nos hemos visto en el Facebook, en los periódicos, en la televisión....", apuntaba ella, entre risas. "A mí me reconocieron hasta en la gasolinera. Este fin de semana fui a echar gasolina al coche y me identificaron", añadía, a su lado, el padre del bebé, también Jonathan Ríos.

"Yo estoy muy bien, no tengo puntos ni nada. Queríamos tener el alta ayer, pero el bebé tenía que pasar en el hospital 48 horas", proseguía Gándara, que jamás se podría haber imaginado que su segundo hijo vendría al mundo prácticamente a la intemperie. El viernes a primera hora le empezaron las contracciones y su marido fue a dejar a sus otras hijas con unos familiares para llevarla después al hospital. No le dio tiempo a regresar a casa. Jonathan tenía prisa por salir y un vecino trasladó a la mujer al hospital. Pero se quedaron por el camino: "Yo le pedía que se apurara, que sentía mucha presión, que ya tenía la cabeza saliendo... Y con tantas prisas, chocó contra otro coche en un adelantamiento".

El accidente se produjo en torno a las nueve de la mañana en la calle Río San Martín, ante la Comisaría de la Policía Nacional y en las proximidades del centro hospitalario. "Pasé muchísima vergüenza, muchísima vergüenza. Allí en medio de la calle, con el culo en el asiento del copiloto y las piernas fuera del coche", relataba ayer, todavía sonrojada por la escena. Le asistieron en el parto los agentes Antonio García y Gloria Rodríguez, que después acudieron al Hospital San Agustín a visitar a la madre y su bebé. Él ya tenía experiencia. "Trabajando en Canarias me pasó algo parecido, no puedes estar tranquilo ante una situación así porque nunca sabes qué puede salir mal", comentó.

Tampoco se podía imaginar Jonathan Ríos que iba a ser un agente de la Policía quien le daría la noticia de su paternidad. "Cuando volvía a casa a por ella después de dejar a las crías con la familia me llamó la Policía diciendo que estaba allí Raquel pariendo. Cuando llegué, el bebé ya estaba fuera", explicaba ayer. Jonathan llegó rápido, con 38 semanas recién cumplidas y pesó 3,6 kilos. La fama le ha llegado nada más ver la luz.