La poeta Luna Miguel (Madrid, 1990) gestó a su primer hijo y, a la vez, su último libro: "El arrecife de las sirenas", este es el que presenta mañana viernes (20.00 horas) en el cine del Niemeyer. "Tras algunos libros que habían nacido de la enfermedad, de lo oscuro y negativo decidí ahondar en la luz de la vida, aunque sea cursi", explica la escritora y periodista madrileña. "Lo que voy a hacer el viernes es una lectura de poemas con la que pretendo abordar las entrañas de mi último libro", confiesa. El caso es que, sin embargo, la celebración literaria del viernes que viene -el de la Coronación de los reyes del Goxu- tiene un título más que claro: "El arrecife de las sirenas. Poesía y maternidad (¿Cómo convertir la leche y el llanto en palabra? Una lectura que desearía ser una nana)".

Cuando se para a desentrañar su obra la escritora señala: "Este libro tenía un principio y un final muy claro: la gestación y los primeros meses de mi hijo. Ese era el experimento". Luna Miguel es una de las autoras del momento. Escribió, por ejemplo, "Estar enfermo" (2009), "Poetry is not dead" (2010), "Pensamientos estériles" (2011), "La tumba del marinero" (2013) o "Los estómagos" (2015). Con estos títulos se ha hecho hueco en lo que los críticos llaman "la última hornada" de la poesía nacional. No tiene treinta años y esta circunstancia subraya el interés por un género tan específico como el de la composición de versos.

"A veces pienso que quizá el libro termine cuando lo pueda leer mi hijo y diga qué horror", bromea. "No todos somos padres, pero todos hemos visto nacer a alguien a nuestro lado. Me parece que algo tan íntimo como la gestación de mi hijo también puede conectar con todos los lectores. Eso era lo que de verdad me interesaba", apunta Miguel. "Esta intimidad también la declaramos en nuestros estados de Facebook. Parecía natural que pudiéramos llegar a todo lo que supone un embarazo y un nacimiento. Escribí desde la felicidad", subraya.

La presentación programada dentro del ciclo "Palabra e imagen" es única. "No hice ninguna presentación de mi anterior libro y creo que he leído en público alguno de este, pero nunca he hecho una lectura completa", confiesa la autora de "Los arrecifes de las sirenas".

"Los poetas tenemos algo 'performativo'. Lo que me gusta como espectadora escuchar un poema y sentir que eso que oigo son los pensamientos del poeta cuando estaba escribiendo", concluye.