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El enterrador de Nembro mantendrá su plaza tras llegar a un acuerdo con el cura

"Ahora tendré que notificar cada vez que haya un entierro o exhumación en los cementerios", explica el también repartidor de pan Marciano Sánchez

Marciano Sánchez, ayer, junto a su furgoneta de reparto de pan en Manzaneda. I. G.

El sepulturero de Santolaya de Nembro y Bocines, Marciano Sánchez, ya está tranquilo tras unas semanas de incertidumbre en las que pensó que corría peligro su puesto de trabajo. Podrá volver a ejercer de enterrador en ambos cementerios "como hasta ahora". Es más, pese a la polémica nunca dejó de hacerlo: "La semana pasada, sin ir más lejos, tuve un entierro en Santolaya", señala. "Llegué a un acuerdo con el sacerdote, es importante aclarar las cuestiones dudosas, y ahora con una notificación al párroco sobre los entierros y exhumaciones que haya en los cementerios no habrá problemas", explica el enterrador.

El también repartidor de pan por las parroquias de Gozón lleva cuarenta años en el oficio de sepulturero, que depende de la funeraria de Luanco. "Apenas había comunicación y ahora sí la va a haber; por mi parte que no sea. Cada vez que haya entierros, lo notificaré al párroco", remarcó. Durante las últimas semanas, Marciano Sánchez recibió el apoyo de muchos vecinos que tras una recogida de firmas manifestaron su apoyo a su continuidad como sepulturero. "Ahora soy yo quien tiene que agradecerles ese apoyo y el cariño del pueblo", manifestó el también enterrador de los camposantos de San Jorge de Heres, Viodo y Verdicio.

Marciano Sánchez comenzó a ocuparse de los enterramientos en los cementerios gracias a las gestiones del entonces muy popular "cura de Bañugues", Ángel Fidalgo, fallecido hace cuarenta años.

"Enterradores en Gozón estamos Paquín, de Ambiedes, y yo; entre ambos nos repartimos los cementerios", destaca Marciano Sánchez tras dejar la prensa del día al restaurante Casa Belarmino de Manzaneda y tras haber repartido pan por buena parte de las parroquias del concejo.

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