La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El avistamiento de sardinas en la costa asturiana anima el inicio de la campaña

Los pescadores son optimistas, aunque lamentan la fijación de un tope de capturas y prevén que la costera de bocarte discurra en el País Vasco

El avistamiento de sardinas en la costa asturiana anima el inicio de la campaña

El avistamiento, e incluso la captura accidental, de sardinas cerca de la costa asturiana constituye un buen presagio, a juicio de los pescadores, de cara a la apertura oficial de la campaña de esta especie, que podrá pescarse desde hoy, día primero de marzo, tras haber estado vedada durante los meses de enero y febrero. La otra especie para la que hoy se levanta la veda es el bocarte; en este caso, la previsión de los armadores asturianos de cerco -el arte usado en la captura de este pescado- es que la campaña discurra íntegramente en el Golfo de Vizcaya, como ya ocurrió el año pasado. "Si esperamos a que los bancos de bocartes lleguen a Asturias, igual no pescamos ni uno", manifestó el armador Eduardo Cueva.

La presencia de sardinas en la costa asturiana en estas fechas invernales no era inusual hace años, cuando la especie abundaba, pero de un tiempo a esta parte las sardinas desaparecieron como por ensalmo de las aguas costeras del Principado -en realidad en todo el Cantábrico- y sus capturas cayeron en picado, con la única excepción de unas leves mejorías en 2012 y en el pasado ejercicio. "Se han detectado manchas importantes de sardina cerca de la costa; es cierto, y además una buena noticia. Otras cosa es si seguirán ahí cuando vayamos a por ellas. En cuanto al bocarte, no hay ni rastro", manifestó el patrón mayor de la cofradía de Avilés, Fidel Álvarez.

Eduardo Cueva confirma los avistamientos de sardina, pero matiza que probablemente su tamaño no sea comercial para consumo humano (lo que no anula la posibilidad de venderlas para carnada) y lamenta la existencia de un tope semanal de capturas de tres mil kilos por barco como consecuencia del acuerdo que alcanzaron España y Portugal a instancias de la Unión Europea para preservar el recurso en un momento en que escasea. "¿Pudiendo pescar sólo tres mil kilos a la semana, a qué precio hay que venderlas para que compense salir a pescarlas?", se pregunta Eduardo Cueva dando a entender que los gastos que generan los barcos se pueden "comer" los ingresos derivados de la venta de las primeras sardinas del año.

Con respecto a la costera del bocarte (anchoa), que también hoy comienza oficialmente, la previsión de los armadores asturianos es repetir el guión de 2016: la flota se desplazará al Golfo de Vizcaya, montará la base en algún puerto vasco y faenará mientras quede cupo y el precio de subasta en las rulas acompañe. "Al menos, con la anchoa trabajamos en igualdad de oportunidades con respecto a las demás flotas del Cantábrico: si hay pescado, lo hay para todos", comentó Cueva en relación al hecho de que otras especies como la xarda o el chicharro están regulados por cupos "asimétricos"; esto es, conforme a un reparto de cuotas que discrimina negativamente a los pescadores asturianos.

Las rulas asturianas comercializaron el año pasado 116.489 kilos de sardinas, que registraron un precio medio de 1,61 euros. De bocarte se descargaron en las lonjas de la región 348.270 kilos que, una vez vendidos, depararon un precio medio por kilo de 2,51 euros.

Compartir el artículo

stats