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¡Se escapan los personajes del cuento! (II)

La huida de los protagonistas de los cuentos en pompas de jabón y la aparición de Peladilla, con voz dulce y melosa

Tres niñas recogen un obsequio de Ratonchi, protagonista de los cuentos de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. MARA VILLAMUZA

¡Hola amigos/as! El pasado miércoles había comenzado a contaros una de las aventuras más mágicas que he vivido, cuando ¡los personajes de mis cuentos cobraban vida y se escapaban dentro de las pompas de jabón! Vi perfectamente cómo Ratonchi, Gatoleón Buenatrape, Peladilla, Picotera y Apestosa, de un salto, se metieron cada uno dentro de su pompa. Flotaban en el aire, daban volteretas y jugueteaban contentos dentro de las mismas. Además, el que guiaba la expedición era ni más ni menos que Ratonchi.

Cuando llegué a la ventana levanté la vista y pude observar todo lo que allí ocurría. Me quedé totalmente boquiabierta y casi sin respiración. Flotando en el cielo se encontraba una mansión. La más mágica y maravillosa que os podáis imaginar. Las campanillas y los cascabeles sonaban a su alrededor. Las chispas multicolores ondeaban juguetonas en el aire. Un olor a las más exquisitas chucherías inundaba el ambiente. De las ventanas salían pompas de jabón que se colaban en las casas cercanas y volvían a su origen con distintos personajes de cuento en su interior, incluso las mascotas flotando felices. Era el medio de transporte para introducirse en este mágico lugar. Entraban por la puerta de la mansión como ilustres invitados.

Pestañeé con fuerza para comprobar que seguía despierta. Un cartel llamó mi atención. Podía leerse en él : "La Mansión de los Cuentos".

De pronto, una pompa de jabón pasó cerca de mí. Pegué un salto y pude introducirme dentro de ella. Comencé a flotar. Veía cómo dejaba atrás mi casa y me dirigía surcando el cielo hacia la Mansión de los Cuentos. Estaba protagonizando la aventura más increíble de mi vida.

Llegué al final del trayecto en pompa. No quería entrar por la puerta igual que las mascotas y personajes, pues temía ser vista. Así que me colé por una de las ventanas y accedí al interior de la mansión.

Todos los personajes de mis cuentos se encontraban allí, sentadas frente a un bellísimo escenario. Desde mi escondite podía divisar a Ratonchi que aguardaba en primera fila. Junto a él también estaban personajes de otros cuentos como Dumbo, Mary Poppins, Caperucita, Blanca Nieves...

Cuando llegaron todos los personajes, la puerta de la Mansión se cerró. Las mascotas y personajes guardaron silencio muy atentos. De pronto, un humo rosa apareció en el escenario. Todos comenzaron a aplaudir entusiasmados. El humo empezó a girar sobre sí mismo como un ligero tornado y, de pronto, se disipó descubriendo una reluciente pompa de jabón, dentro de la cual se encontraba, a juzgar por su vestido y sombrero ¡una bruja!

Acababa de aparecer ante mis ojos mi vieja amiga, la Brujita Peladilla, dueña de la Mansión de los cuentos. Tras los aplausos, se dirigió a sus invitados y comenzó a hablar. Su voz era dulce y melosa, parecía acariciar los oídos. Su sonrisa maravillosa. Sus ojos eran marrones y sinceros. A través de ellos, podía sentirse el cariño y el amor más grande del universo. La Brujita era muy especial.

No os perdáis el cuento del próximo miércoles, ¡pues lo que os voy a contar será impresionante! No os vais a creer lo que ocurrirá.

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