Ser futbolista era el sueño de Juan Francisco Martínez Fernández, el avilesino que desde 2013 dirige la compañía Zumosol. El fútbol marcó su vida, pese a que su carrera profesional nada tiene que ver con el deporte rey. Esa afición le llevó a Estados Unidos, donde se licenció, y su experiencia y formación norteamericana le abrieron la puerta de una gran multinacional, donde desarrolló gran parte de su carrera. La actividad física sigue siendo una de sus pasiones y suyo es el mérito de que el Estudiantes vaya a organizar en la comarca avilesina uno de sus campus de verano. El ejecutivo que quiso ser futbolista, afincado en Madrid desde hace 17 años, no olvida sus raíces y en cuanto puede "tira para casa".

Martínez Fernández forma parte de la amplia cantera de profesionales destacados que ha dado el Colegio San Fernando. Nunca dejó una asignatura para septiembre, pero tampoco era de matrículas de honor. Su infancia y parte de su juventud las pasó en Llaranes, luego se mudó al Carbayedo y, cuando tocó elegir carrera, se decantó por la Biología. Siempre fue de Ciencias (destacaba en Matemáticas y Química) y lo que le gustaba era la Zoología y la Botánica. Pero, como tantos chicos de su edad, lo que quería de verdad era ser futbolista. En su casa había un pacto: para jugar había que estudiar. "Cuando acabé el colegio tuve una conversación con mis padres. Me dijeron que estudiase lo que más me gustaba, y por eso elegí Biología. Y me advirtieron de que, si no aprobaba, no había fútbol", relata.

Empezó a jugar con 8 años y le dio al balón hasta los 28. Sus primeros pasos deportivos fueron en el San Fernando y llegó a formar parte del primer equipo del Avilés en la temporada 1992-93, entonces en Segunda B. En aquellos tiempos, era uno de los pocos universitarios asturianos que compaginaba carrera y deporte a ese nivel, y lo que no se podía imaginar el joven Juan Francisco es que el fútbol iba a marcar su camino profesional lejos del terreno de juego.

Corría 1995 cuando al entonces jugador del Navarro y estudiante universitario le surgió la posibilidad de cruzar el charco. "Me ofrecieron continuar los estudios en Estados Unidos a cambio de jugar en la Liga universitaria. Eso me cambió la vida", reconoce. Dejó aquí a su novia, la avilesina Yamile Paneque, y continuó su carrera en la Carson-Newman University, en el estado de Tennesse, donde sacó la doble licenciatura en Químicas. Después cursó un máster en Ciencias Medioambientales en la Tennesse Technological University.

Cuatro años pasó Juan Francisco Martínez en Estados Unidos, el mismo tiempo que estuvo separado de su novia, hoy su mujer y madre de sus dos hijos, Juan y Carmen. Volvió por amor, y regresó con una completa formación que no tardó en abrirle las puertas de la alta dirección. "Biología era una carrera con muy pocas salidas, o te pasas de becario toda la vida en la Universidad o trabajas como docente en un instituto. Mi experiencia en Estados Unidos gracias a la beca me aportó muchísimas cosas, me cambió la vida", sostiene. Una multinacional norteamericana no tardó en ficharle. Comenzó su periplo profesional en Madrid en el año 2000 y en 2002 se incorporó a la multinacional FMC, la actual JBP, especializada en la distribución de maquinaria para la industria de la alimentación. Sus primeros pasos profesionales fueron como técnico comercial, pero la compañía enseguida detectó sus capacidades y lo introdujo en un programa de desarrollo para convertirlo en directivo. La propia empresa le pagó un Máster Universitario en Administración de Empresas en la Universidad de Comillas. Fue responsable de ventas en España de esta compañía y desempeñó el cargo de gerente de la multinacional americana para la división de alimentación en Europa, Oriente Medio y Norte de África, una etapa que le llevó a vivir durante años a caballo entre Madrid y Parma (Italia).

Demasiado viaje y poca vida familiar. "Por casualidades acabé en el mundo de la alimentación y de los zumos, pero en 2013 decidí salir de la compañía porque viajaba demasiado. Me apetecía un cambio, otros retos, y empecé con Zumosol", explica desde su despacho madrileño. Cuatro años lleva al frente de la compañía especializada en la producción de zumos y pulpa a granel este avilesino que vuelve a su casa asturiana prácticamente todos los meses.

Achaques de rodilla le apartaron del fútbol, pero Juan Francisco sigue practicando deporte, sobre todo, los de nieve y el surf. Y suyo es el mérito de que el Estudiantes haya elegido Avilés y Salinas como sedes de su nuevo campus de verano. "La marca Zumosol comenzó a ser patrocinadora de la cantera del Estudiantes hace dos años. Soy miembro del consejo asesor del club y nosotros ya apoyamos muchos proyectos de surf en Salinas. La idea de combinar las dos cosas, surf y baloncesto, surgió en una cena en Salinas este verano y ha salido adelante", explica.

Para el jefe de Zumosol lo más importante en la vida son sus orígenes, la familia y su relación con sus amigos de Asturias. Tan ligado está a esas raíces y tan agradecido se siente a las instituciones que le permitieron desarrollarse como deportista y profesional, que ahora intenta que otros puedan correr su suerte. Varios deportistas asturianos ya han ido a jugar a Estados Unidos recomendados por este avilesino apasionado de su tierra.