El propietario del boleto de la bonoloto agraciado en el sorteo del viernes con 575.397,34 euros sacó la máxima rentabilidad imaginable a su dinero, pues con solo una apuesta básica de tres euros -la que da derecho a jugar los seis días de la semana- se embolsó más de medio millón. La mujer que selló el boleto afortunado con el premio en la administración de lotería de Sabugo, la avilesina Isabel González Boyero, tiene la seguridad de que el jugador o jugadora jugó una sola apuesta automática (de las que expende la máquina), aunque mantiene la duda de si el boleto fue sellado en su establecimiento el lunes o el martes; fuera como fuese, con un gasto de tres o de 2,50 euros, la fortuna ha devuelto con creces la modesta inversión.

Pese a la expectación que creó en el barrio de Sabugo y en el centro de Avilés la noticia del golpe de suerte, la identidad de la persona premiada sigue siendo una incógnita. "A ver, a mí si me toca ese dinero no me ven más el pelo", aseguró una mujer que hacía cola ayer ante la ventanilla del despacho de loterías de Sabugo. Los que sí se dejaron ver por la zona a primera hora fueron algunos "encorbatados", presuntos comerciales de bancos a la caza del millonario de turno; y "gente rara", en palabras de los vecinos de la zona, de los que se sospechaba que pudieran ser oportunistas u ojeadores siguiendo el rastro de dinero fácil. "Es mucha pasta; conviene no fiarse de nadie", comentó un hombre que había madrugado para tentar a la suerte en el próximo sorteo.

La lotera Isabel González, contenta por haber sido la intermediaria de semejante golpe de fortuna, añade otra muesca más a su historial de premios, en este caso una bien profunda, pues se trata del mayor premio que ha repartido su administración en la historia reciente: "El anterior premio más grande, que yo recuerde, fue en pesetas e importó unos 80 millones". Este del viernes, pasado a las antiguas pesetas, hubiera supuesto una bolsa de casi 96 millones.