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Mus

Novatos con licencia para envidar

La docena de alumnos inscritos en la academia avilesina de mus progresa adecuadamente en el aprendizaje del juego y sueña con debutar en el Avilesino

Alumnos y profesores de la academia avilesina de mus, en una pausa entre clases. MARA VILLAMUZA

El mus, el juego de cartas más popular en la comarca, cuida su cantera con una academia de enseñanza -única en Asturias- donde desde hace tres meses se forman los primeros once jugadores llamados a debutar próximamente en el Campeonato Avilesino, lo que para los musolaris viene a ser jugar en la "Primera División" del juego de envites. Mientras llega ese soñado día, los alumnos se foguean en un campeonato de aprendices en el que cada novato forma pareja con un jugador veterano. Los "cachorros" del mus avilesino aún tienen mucho que aprender en términos de picardía y estrategia, pero algunos -cosas de este juego que tanto engancha- ya enseñan los colmillos y pelean cada punto como si les fuera la vida en ello. "¡Como para no poner interés! Lo primero que aprendes en este juego es que a nadie le gusta perder", aseguran Charo Iglesias y María Victoria López, dos de las mujeres que se han inscrito en la escuela avilesina de mus.

Tanto las clases como las pertidas del campeonato de alumnos se desarrollan en el bar Piol de la calle Valdés Salas, en La Magdalena, uno de los barrios señeros del mus avilesino. "Lo primero que aprendemos es el valor de las cartas y seguidamente las reglas, cómo se cuentan los tantos, las señas... Lo más difícil para mí es contar", relata Charo Iglesias. Otros alumnos se atascan más con la señas y hubo a quien le costó asumir que, en el mus, los doses de la baraja son en realidad ases y los treses, reyes. "Menos mal que los profesores tienen una paciencia infinita", añade María Victoria López.

Uno de esos "profes" es Celestino Fernández, "Nino", miembro de la peña Piol que juega el Campeonato Avilesino y con anterioridad fue componente de las peñas Bar Pelayo y casi de cuantas ha habido en La Magdalena. Nino tiene 72 años y asegura que lleva "más de cincuenta" jugando al mus, o sea que, en su opinión "yo ya no voy a aprender más; si con mi edad no lo aprendí todo, malo". En opinión de este maestro, al buen jugador de mus lo hace la experiencia: "El mejor profesor es el tiempo, jugar muchas partidas". Y esto es así, explica, porque las diferentes circunstancias del juego son tan variadas que es imposible analizarlas todas desde el punto de vista teórico: "La que enseña de verdad es la práctica", remacha, para a continuación dar un sabio consejo: "Las cartas buenas las juega cualquiera y con malas pierde todo el mundo, las que descubren a un buen jugador son las regulares; ésas son las que hay que saber gestionar".

Las razones que han llevado a once avilesinas -la mayoría del alumnado de la escuela es femenino- a aprender a jugar al mus son diversas: hay algún jubilado con deberes pendientes en la materia o casos como el de Charo Iglesias, cuya pareja juega el Campeonato Avilesino con la peña Cuatro Vientos y de tanto acompañarle los días que hay partida y mirar el desarrollo del juego sin enterarse de nada decidió aprender para integrarse en este mundillo. "Tenía alguna noción, pero en el Avilesino juegan tan rápido que es muy difícil seguir el curso de la partida. Es otro nivel", apostilla. En el caso de María Victoria López, la "liaron" un amigo y su pareja, también habituales del Campeonato Avilesino. "Creo que quieren que aprenda para sustituir a alguno de ellos cuando no puedan formar pareja por motivos laborales u otra razón", explica.

Los organizadores de la escuela avilesina de mus lamentan que, en contra de lo esperado, el colectivo que apenas ha respondido a esta iniciativa sea el juvenil. Y es que sin veinteañeros en las mesas, el relevo de los actuales jugadores se antoja complicado. "Antes se jugaba mucho más a las cartas en los bares; ahora la chavalería que juega a algo lo hace al póker "on line" y cosas así...", lamenta Nino, que añora aquellos tiempos en los que prácticamente no había día en que no se jugase alguna partida de campeonato. Quizás con el proyecto de la escuela de mus esa tendencia revierta algún día y a las "viejas glorias" les salga competenncia en los tapetes.

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