La incidencia de casos de diarrea supera en la comarca la media regional, según los últimos datos de las autoridades sanitarias. En la mayoría de los casos se trata, según los facultativos, de una enfermedad de corto recorrido y gran difusión dada su naturaleza vírica. En muchos casos son los niños los primeros afectados por la diarrea, que a continuación contagian a sus familiares adultos, generando un exponencial aumento de los casos. Según los doctores, el proceso de esta enfermedad no suele durar más de dos o tres días, aunque durante ese tiempo los efectos del virus generan gran decaimiento y malestar al paciente.
Más inhabitual es la existencia de casos de hepatitis A, algo que también recoge el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Asturias. Se trata de otra enfermedad infecciosa que puede estar vinculada a la transmisión por vía oral y fecal y que genera la inflamación del hígado. Los síntomas que pueden alertar sobre la existencia de esta patología son la piel amarillenta, la hinchazón o dolor del estómago, la debilidad de los músculos, sarpullidos, nausea o vómitos, orina oscura, pérdida de apetito, fiebre y cansancio. El virus está presente aproximadamente de 15 a 45 días antes de que ocurran los síntomas y durante la primera semana de la enfermedad.
En cuanto a las prácticas de riesgo que pueden estar detrás del contagio de hepatitis A se encuentran viajes internacionales a destinos como Asia; el consumo de drogas intravenosas; la residencia en internados y centros de rehabilitación; y el trabajo en las industrias de atención médica, de la alimentación o del tratamiento de aguas residuales. La mayoría de las personas que contrae esta enfermedad se recuperan al cabo de tres meses, y el riesgo de muerte es bajo.
