"La geología es una herramienta poderosa para disfrutar del paisaje", señaló ayer Pedro Farías Arquer, profesor del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, durante la conferencia que ofreció sobre la formación y evolución del relieve y el paisaje de Asturias. Con este acto, celebrado en el palacio de Valdecarzana, el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés y la Sociedad Geológica Asturiana iniciaron un ciclo de charlas divulgativas sobre geología.

Durante su intervención, Farías habló de la capacidad que tiene el hombre para modificar el paisaje y el relieve. "La primera gran transformación tuvo lugar al pasar de ser recolectores y cazadores a descubrir la agricultura y la ganadería; entonces tuvimos que talar bosques", destacó.

Sobre el paisaje comentó que en Geología fijan la atención en los procesos que se suceden para modelar el relieve y los que tuvieron lugar en el pasado. "En el modelado del relieve encontramos rasgos que responden a procesos pasados, por ejemplo, un valle glaciar, y a eso se superponen los actuales", comentó para hacer referencia a los acantilados. "Cuando a uno se le cae un trozo es porque se trata de una forma activa de erosión. El mar está avanzando, comiéndose el continente. El acantilado es el elemento que sufre una modificación más rápida", dijo.

El geólogo resaltó la diversidad existente en Asturias. Esa pluralidad, apuntó, "tiene que ver con la variedad litológica. Cada tipo de roca da un paisaje distinto: las calizas dan el de los Picos de Europa, el Aramo o las Ubiñas; las cuarcitas, la sierra de Tineo, y la mezcla de caliza, cuarcita y pizarra son una característica de la zona de Ponga... Y eso lo tenemos en la cordillera y en el mar. Es decir, las rocas por un lado y la cercanía de la montaña y el mar por otro es lo que da la variedad paisajística a esta región, manifestó el profesor.