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Jardín de Cantos enseña mestizaje

La escuela infantil, que cuenta con 69 niños de catorce países, educa a "convivir sin etiquetas" y trabaja con la diferencia como "un elemento enriquecedor"

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La Escuela Infantil de Jardín de Cantos

La multiculturalidad es la seña de identidad de la Escuela Infantil Jardín de Cantos. Sus amplias, luminosas y coloristas dependencias reciben diariamente a 69 niños de entre tres meses y tres años con origen en 14 países, mayoritariamente, Marruecos, Rumanía, Nigeria, Senegal y Brasil, además de los españoles. "Este centro es el reflejo de la sociedad actual. Para nosotros, la diferencia, lejos de ser un problema, es un enriquecimiento. Nos importan las personas y no establecemos categorías por la cultura, religión, raza o sexo. Somos respetuosos y educamos de forma integral, con todos los valores", señala María Luz Rivero Rodríguez. La directora del centro, que está ubicado en el Camino Viejo de Pravia, considera que "si los niños aprenden a convivir sin poner etiquetas desde pequeños, todos evitaremos problemas futuros".

Dependiente de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales y abierta desde hace tres décadas (cuando nació como jardín de infancia), la escuela tiene "carácter supramunicipal", comenta la responsable de un equipo integrado por nueve educadoras, tres operarias de la limpieza y dos cocineros. "Hay niños de Avilés, Corvera y Castrillón, ya que las plazas no se cubren en función del lugar de residencia", dice Luz Rivero, que se manifiesta orgullosa de dirigir un centro que califica de multiclase, además de multicultural.

El objetivo de esta escuela, que no admite reserva de plazas de niños no nacidos, es desarrollar todas las potencialidades de los pequeños desde los primeros meses de vida. Para ello, fomentan su autonomía -"que les da una seguridad que arrastran toda la vida"- y establecen rutinas, "que son fundamentales ya que interiorizan esquemas de orden", subraya la directora.

Los niños están reunidos por edades y madurez en cinco grupos, cada uno de los cuales cuenta con dos técnicos en educación infantil. "Nos gusta que en las aulas haya dos educadoras, que van acompañando a los niños a lo largo de todo el ciclo. Empiezan con los bebés y una vez que llegan con los mayores, vuelven a la etapa inicial. Es una forma de establecer vínculos entre el niño y el educador y que éste conozca a las familias", manifiesta María Luz Rivero, para comentar que las dependencias infantiles abren sus puertas a las siete y media de la mañana, si bien la mayoría de las familias acude con los pequeños en torno a las nueve.

La jornada en Jardín de Cantos comienza con la llamada asamblea, un tiempo dedicado a los saludos, las presentaciones, los cuentos y las canciones, para continuar con la actividad cotidiana que deriva en el aprendizaje. Todos los niños comen en las dependencias infantiles. "Es obligatorio por ser un elemento fundamental de bienestar y educación. Tenemos cocina propia y seguimos una alimentación con productos frescos de la zona, equilibrada y adaptada a las distintas necesidades; no se admite comida de fuera", recalca la directora que ensalza la coordinación diaria existente entre el equipo del centro y las familias. "El niño tiene que estar y sentirse seguro, y las familias también, por eso tenemos que trabajar conjuntamente", concluye.

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