Pediatras y logopedas coincidieron ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés en que "no se puede banalizar que un niño tarde en hablar". "Suele haber muchos logopedas de parque y habitualmente se justifica que un niño tarde en hablar argumentando que no está estimulado, es vago o necesita estar con otros niños. Con estas creencias sociales hay que acabar ya, porque que un niño tarde en hablar es un síntoma de alerta", advirtió ayer el logopeda Juan Ángel Fernández durante la charla que se celebró en el Valdecarzana en colaboración con la Asociación de Logopedas del Principado.

Pero, ¿dónde está el límite? A juicio de los profesionales, un niño con dos años debe pronunciar con claridad cincuenta palabras y unir algunas de ellas. "Si no cumple esto el niño debería pasar por un servicio especializado. Esto no quiere decir que tenga un trastorno, pero se está haciendo nada más y nada menos que prevención", manifestaron los especialistas, que destacaron que más allá de los cuatro años un cuarenta por ciento de los críos suele tener algún problema con el lenguaje. De estos, según la logopeda Laura Martínez, hay niños que no entienden y no hablan, que solo dicen la parte final de las palabras, utilizan "frases hechas" o se "comen" palabras.

"Estos niños son los que más riesgo tienen de padecer trastorno del lenguaje siempre a partir de los cuatro años", sentenció la profesional, que destacó que de 6.600 nacidos en el año 2014 en Asturias se estima que 264 podrían tener riesgo de presentar un trastorno persistente del lenguaje en 2018. Para todos estos niños y sus familias están abiertas las puertas de la unidad de atención infantil temprana.

Isela Fernández, pediatra del centro de salud de Luarca, señaló por su parte que la detección precoz de los trastornos del lenguaje se sustenta en tres pilares: la familiar, las guarderías hasta los tres años y los pediatras de Atención Primaria. Destacó a su vez los factores que influyen en el lenguaje, que van desde antecedentes familiares a antecedentes personales, situaciones conflictivas o factores sanitarios. Su colega José María Barroso, foniatra del HUCA, hizo a su vez un llamamiento a los pediatras para que deriven a los niños que lo necesiten a las unidades de atención infantil temprana. "Todo lo que no hagamos a edades tempranas lo vamos a pagar en etapas futuras", dijo el médico. En la conferencia participaron también la enfermera Teresa Manjón, enfermera de pediatría de Piedras Blancas y Cristina Vega, presidenta de la Asociación de Logopedas.