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TERESA MARCOS | Directora de "En modo silencio", que se presenta mañana en el cine del Centro Niemeyer

"Producir cine con poco dinero es fácil, incluso haciendo ficción"

"Me gusta la idea del perseguido, un madero que va tras un minero por algo tan poco heroico como los cuernos"

Teresa Marcos. NACHO OREJAS

Teresa Marcos es una de las directoras de cine más destacadas del Principado. Su carrera comenzó en los años noventa con la producción de cortometrajes ("Lencería de ocasión", por ejemplo). Sin embargo, no fue hasta 2013 cuando se pasó al largo. Primero fue "Un contrato extraño" y, el pasado año, "En modo silencio", un título de serie negra localizado entre la Cuenca del Caudal y Oviedo que se estrenó en el Festival de Buenos Aires y que obtuvo una mención especial en el de Linares antes de su estreno en Asturias. El domingo pasado se proyectó en el teatro Filarmónica y mañana hará lo propio (20.00 horas) en el cine del Niemeyer. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

- La falta de presupuesto se nota.

-Pues en la anterior película, aún más. Cuento ahora con ayudas del Ayuntamiento de Oviedo, de Caja Rural, de la TPA e, incluso, de la SGAE.

- El cine no parece profesión de futuro.

-Si lo hago es para desarrollar un objetivo artístico. Mi trabajo es otro.

- Y, sin embargo, los presupuestos cortos nunca la han asustado.

-El cine no es un trabajo de héroes. Se pueden hacer producciones mucho más baratas que hace años. Antes, con el celuloide, era una industria prohibitiva. Producir cine con poco dinero es fácil, incluso haciendo ficción.

- ¿Dónde estalla la necesidad de contar esta historia?

-Iba a Turón una mañana para filmar uno de los episodios de una serie sobre Formación Profesional que me había encargado Juan Gona. Pasé una rotonda y me fijé en un hombre que salía solo de un puticlub a esa hora. Me parecía que aquello era el principio de algo, de una historia. Me persiguió esta idea que se sumó a otra de una madre de la cuenca. Pensé que ese hombre iba a verla y como todo se desarrollaba en le cuenca, pues era fácil suponer que era minero. Ya no estamos en los momentos mejores: un prejubilado que lo pierde todo en una noche.

- Y echa mano de los móviles.

-Sabía que iba a contar con poco dinero para actores profesionales, así que pensé el modo mejor de contar la historia.

- Porque el reparto es nuevo en esto de actuar.

-Salvo Carmen Gloria, sí. El policía es un amigo mío exagente. El protagonista me costó mucho: al final di con el cantante de los nuevos "Stukas". Lo del teléfono era más fácil para ellos, para que pudieran contar su historia.

- Y tiene una estrella invitada: el hostelero ovetense Miguelo García.

-Hace de un gángster muy interesante, ¿no le parece?

- La verdad es que sí. ¿Cómo fue el rodaje?

-Ensayamos en noviembre de 2014 y por una u otra causa rodamos a comienzos de enero del siguiente año. No terminamos hasta marzo, entonces tenía que grabar nuevas tomas y en la primeras había hecho sol y no paró de llover en dos meses.

- Hay un policía, una partida de cartas y una Asturias en decadencia.

-Me gustaba esa mezcla: la idea de un perseguido, como en el oeste. Esta vez es un madero quien va tras un minero por algo tan poco heroico como los cuernos. Porque ya nada es como antes.

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