La elevada tarifa eléctrica que pagan los españoles y que resta competitividad a las empresas, sobre todo a las más intensivas en consumo eléctrico, podría rebajarse si se eliminan del recibo conceptos como los incentivos a las renovables, la deuda histórica (2.800 millones al año), los costes extrapeninsulares (suministro a las islas) y el impuesto eléctrico que financia las ayudas al carbón. Así lo planteó ayer José Folgado, presidente de Red Eléctrica Española (REE), que insinuó que esos costes deberían financiarse vía presupuestos del Estado.

"Hay una serie de conceptos que se podría quitar de la tarifa, que son prescindibles, y que permitirían colocarla en la media europea porque ahí se juegan su competitividad muchas empresas", señaló Folgado en referencia a la industria electrointensiva, a compañías como Arcelor-Mittal, Asturiana de Zinc (Azsa) o Alcoa.

El presidente de Red Eléctrica también defendió ayer en Madrid el mantenimiento del sistema de interrumpibilidad -suspensión de suministro a grandes industrias en caso de necesidad a cambio de una retribución- debido a la escasez de conexiones eléctricas internacionales de España y porque aporta "seguridad al suministro". No obstante desde REE descartaron que esa herramienta pueda utilizarse con fines económicos, cuando el precio de la electricidad se dispara como ocurrió a principios de año. "No tiene la capacidad de reducir los precios del mercado porque la interrumpibilidad es un mecanismo que se aplica como último recurso, no interviene antes de la formación de precios del mercado diario, y sólo se puede utilizar durante dos horas y con esa capacidad de gestión no es posible rebajar los precios de la energía", señaló Miguel Duvison, director de Operación de REE, que señaló que la última vez que se utilizó la interrumpibilidad fue en junio del pasado año en las industrias de la comarca de Avilés ante un incidente en un transformador.

Duvison apuntó que este año no se prevén cambios en la subasta de interrumpibilidad "porque no hay unanimidad entre los operadores afectados" y confió en que en esta ocasión se celebre "antes que el pasado año", cuando se resolvió en noviembre.

El anuncio de que la subasta eléctrica será de nuevo a un año visto ha decepcionado a Alcoa, Azsa y Arcelor-Mittal, que vienen reclamando un precio de energía competitivo, estable y predecible. "Las fábricas de aluminio primario necesitan un marco estable que garantice en la medida de lo posible una energía a coste competitivo y con visibilidad en el tiempo, para nosotros es fundamental", aseveró una portavoz de Alcoa. Lo mismo opinan en Arcelor-Mittal: "No nos gusta el sistema de la subasta, es impredecible, una lotería", advirtieron desde la siderúrgica. "La interrumpibilidad es fundamental para la seguridad del sistema eléctrico en España y para la competitividad de la industria. Es necesario un suministro eléctrico seguro, predecible y competitivo", apuntaron desde Azsa.

La multinacional aluminera lleva años reclamando un marco energético estable y llegó a plantear el cierre de las factorías de Avilés y La Coruña hace dos años, precisamente después de no obtener los resultados esperados en la subasta de interrumpibilidad. El presidente del comité de empresa de Alcoa en Avilés, Daniel Cuartas, ve un despropósito que se vaya a convocar una nueva subasta eléctrica en las mismas condiciones que las anteriores. "Así es imposible que una multinacional acometa inversiones porque no puede hacer una planificación de futuro. Parece que lo que están buscando Red Eléctrica y el Gobierno es la deslocalización de las grandes empresas. Esa es la política industrial de este país", protestó.