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El coche eléctrico no enciende en Avilés

Dos empresarios que compraron un vehículo eficiente para trasladarse entre sus tres negocios asturianos denuncian la falta de puntos de recarga en la ciudad

Avilés no es lugar para coches eléctricos. Dos jóvenes empresarios de la comarca concienciados con la protección del medio ambiente adquirieron un coche eléctrico para sus desplazamientos entre los tres negocios de telefonía móvil que poseen en Asturias. Pero ahora no pueden recargar la batería en la ciudad dado que no existe ningún punto destinado a tal fin. "Lo hacemos habitualmente en Siero, donde tenemos uno de los negocios", indica Eduardo Arena Parra, socio de la empresa, para manifestar su extrañeza ante esta carencia en el concejo. "Es el tercero más poblado de la región y posee los índices más altos de contaminación. Es raro que no se apueste por una movilidad sostenible", lamenta, mientras su socio Cristian Fernández Alejos relata los motivos que les llevaron a decantarse por un coche eléctrico en detrimento de otro de combustión.

"Tras echar números vimos que era económicamente rentable. Inicialmente es más caro que uno convencional, pero el mantenimiento es muy pequeño por lo que se amortiza con creces", comenta, para subrayar que, de momento, y mientras prolifera su fabricación, se multiplican los puntos de carga y bajan los precios de las baterías, este tipo de vehículos está especialmente indicado para conductores que ruedan un máximo de 150 kilómetros al día, aproximadamente la autonomía que alcanza. "Al movernos entre Gijón, Avilés y Siero hacemos una media de 110 kilómetros diarios así que, según hemos calculado, lo habremos amortizado al llegar a 110.000 kilómetros", apunta. "Y el seguro es más barato que en un coche normal porque se supone que la gente con estos modelos tiene menos incidentes", apostilla Eduardo Arena, satisfecho con la adquisición pese a las "carencias avilesinas" porque "la vida del coche es más larga al no haber fricción ni rozamiento, y sólo hay que cambiar el aceite de la transmisión cada 150.000 kilómetros, el filtro hepa (del aire del habitáculo) cada 30.000 kilómetros, al igual que el líquido de los frenos".

Ambos empresarios, que ensalzan la "ausencia de ruidos y la suavidad de conducir un eléctrico", comparan la apuesta que los tres principales ayuntamientos asturianos hacen hacia estos vehículos. "Gijón está a la cabeza. Tiene numerosos puntos de recarga y la zona azul está subvencionada; no pagas por aparcar", dicen. A Oviedo lo sitúan en el punto medio y Avilés queda relegado a la cola. "Si se fomentasen estos coches, el nivel de contaminación bajaría notablemente", recalcan.

A la hora de llevar a cabo la carga del vehículo -un KIA de cuatro puertas, negro con techo rojo y llamativamente rotulado con el nombre de la empresa -, dicen tardar tres horas y media. El precio se sitúa en torno a un euro y medio a los cien kilómetros. "Casi todos son ventajas", rematan los empresarios para concluir que, "si bien, de momento no es un coche para largos recorridos, el 90% de la población podría usarlo en el día a día".

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