"La lucha siempre se ha visto como un mundo de hombres, desde una visión machista, pero son las mujeres las que están sacando resultados", apuntó ayer en Avilés la jienense Irene García, campeona de España (2005-2016) y bronce europeo (2010) en lucha olímpica. La deportista ofreció una conferencia en el Palacio de Ferrera organizada por la Federación de Luchas Olímpicas del Principado en la que desgranó su carrera y las dificultades y dureza de la práctica de un deporte olímpico.

"No cambiaría mi vida deportiva porque la lucha me ha formado como persona. Me ha enseñado disciplina, respeto, superación, madurez, confianza, honor... Siempre digo que si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdido. Los éxitos te llenan de felicidad y los fracasos te ayudan a crecer", aseveró la deportista.

La joven, que compagina la práctica deportiva con un grado en nutrición por la Universidad Complutense, destacó de sus logros el bronce europeo de 2010 y abrió su corazón para hablar de sus peores momentos. "Mi padre enfermó de cáncer en 2014, lo operaron de vida o muerte. De repente, la vida te da un vuelco brutal, hasta me planteé dejar la lucha. Pero decidí continuar por él. Fue muy duro y al final puse ser la enfermera de mi padre hasta su último día. A los 20 días tenía campeonato. Pensé que la mejor manera de honrar su memoria era participar. Saqué una plata", relató ante un público emocionado por su relato. Irene García mira a los Juegos Olímpicos de 2020 y espera llegar también a los de 2024. "Mi presente y futuro es cumplir mis sueños y seguir la estela de Maider Unda, mi referente. Tengo que hacer lo mismo que ella", concluyó.