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TERESA GONZÁLEZ RODRÍGUEZ | AVILESINA QUE VELA POR LA VIRGEN DEL CARMEN DE GALIANA

La guardiana de la Virgen de Galiana

Hija del sastre de El Espejo de la Moda, vive en la casa que su bisabuela compró a la marquesa de Ferrera en 1820

María Teresa González, bajo la hornacina con la Virgen del Carmen, en los soportales de la calle Galiana. MARA VILLAMUZA

María Teresa González Rodríguez, Tere o Teresina, vela desde hace ya unos cuarenta años por que la Virgen del Carmen de Galiana luzca, sobre todo, cada 16 de julio. Lo de poner flores a la pequeña talla lo heredó de su madre, María Antonia Rodríguez Fernández, que a su vez continuó con una tradición que se remonta tan atrás como la propia hornacina que guarda a la patrona de los marineros. Teresina habla mucho, según su hermana Isabel "hasta con las farolas", pero se corta cuando se convierte en protagonista. Cuesta convencerla para fotografiarla bajo su querida Virgen y más aún para que cuente su vida. "A mí no me gusta ser protagonista de nada. Lo de adornar la Virgen es una tradición con la que llevamos toda la vida. Mientras vivamos, lo haremos", sostiene.

Tere vive con su hermana Isabel en el número 28 de Galiana, en la misma casa en la que nacieron y que según ella explica su bisabuela compró en 1820 a la marquesa de Ferrera. "La abuela de mi madre era maestra nacional y bordaba para la marquesa", explica. La guardiana de la Virgen del Carmen se sabe al dedillo la historia de la talla, que ha sido objeto de robos y actos vandálicos. Fue un trabajador de la marquesa (José Corominas, "Pepín el Jardinero") quien se dice que colocó la imagen en 1812 tras salir con vida de un incendio en su casa de Galiana. "Era muy devoto de la Virgen del Carmen y le llevaba todos los días una rosa. Quedó paralítico y vivía aquí, justo en el portal de al lado. Quedó solo en casa y hubo un incendio. Le rezó a la Virgen y salió vivo, el fuego quemó todo, salvo su alrededor. Hizo una talla de madera y puso aquí la primera Virgen del Carmen. Así me lo contó mi abuela", relata.

Teresina es la cuarta hija de María Antonia Rodríguez Fernández y el sastre Manolo González, el de "El espejo de la moda". Fue al colegio "con las monjas", en la calle La Cámara, y a la Escuela de don Ángel, en Galiana. Trabajó en un comedor de un colegio, atendiendo niños, y llegó a abrir un quiosco también a los pies de la Virgen del Carmen. Ahora, se prodiga poco por la calle, "a los recaos y poco más", pero sigue aguardando con la misma ilusión de la juventud cada 16 de julio, cuando el Avilés marinero honra a su patrona y decenas de fieles cantan bajo su balcón a la talla la "Salve Marinera" y "Estrella de los Mares".

González Rodríguez explica que el arco de flores que adorna ahora la hornacina de Galiana por el Día del Carmen lo encarga desde hace unos años a floristerías, pero hasta no hace tanto tiempo era ella la que montaba los ramos, que llegó a colocar hasta en las columnas de la lado. "Lo del adorno lo recuerdo de siempre. Los críos (nombra a Juanito y Paco 'el de Clara') iban a buscar flores y las poníamos para el Carmen, con clavos. Después empezamos a ponerlas en jarrinos, hasta que llegaron las espumas", relata. Tere tenía como principal ayudante a Charo Vidal ("¡Cómo cantaba!"), pero su pérdida y una mala caída la llevó a dejar de subirse a la escalera que la acercaba a la Virgen cada verano. "En el año 2000 rompí la mano y falleció la señora que me ayudaba, que colaboraba muchísimo. Me ayudaba a hacer los ramos, a ponerlos...", prosigue.

Esta vecina de Galiana, de las pocas familias "de toda la vida" que siguen residiendo en la calle soportalada, recuerda a "una señorina que subía y bajaba el farol" de aceite que durante muchos años alumbró la imagen de la patrona marinera, una tradición que ella también heredó. "Todos los días, por la mañana y por la noche, se bajaba y subía el farol para que la Virgen siempre estuviera alumbrada. Después, se cambió el aceite por unas palmatorias. Y se mantuvo también esa tradición hasta que rompieron el farol", explica.

La hornacina de la Virgen del Carmen ha sido objeto de robos y actos vandálicos. En junio de 1931, dos jóvenes avilesinos la robaron y la arrojaron a la ría (esa imagen nunca apareció) y quedó hecha añicos por unos vándalos a principios de la década de 1990. Un gran disgusto para Teresa. "Solo quedó la cabeza y las manos, que se las di a Favila (Amado González Hevia). La hicieron otra vez, pero la de ahora es menos esbelta. A la Virgen y a la hornacina le han hecho de todo. El cristal de ahora es antibalas, lo donó Cristalería Española", añade.

A Teresa Rodríguez le encanta cantar y dice que es indescriptible lo que siente cada 16 de julio cuanto lo hace a su querida Virgen del Carmen ("Es muy emocionante"). Y entona:

"Viva la Virgen del Carmen, patrona de La Marina".

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