Un millar de valientes se enfrentaron hoy a cerca de 8 kilómetros de carrera con más de una treintena de obstáculos, una prueba, la "Stormrace Brown Bears", que está pensada para todo el mundo, pese a lo complicado que parece desde fuera. Los atletas subieron paredes, pasaron por alambradas, arrastraron ruedas de camión, se enfrentaron al agua y hasta el fuego, entre otros muchos elementos, pero terminaron con la satisfacción de haber superado un reto.

Los que consiguieron terminar la prueba, lo hicieron nada menos que el "Picu Urriellu". Así es como se llamaba una pared de casi cuatro metros de alto franqueda por fuego, con el apoyo de un grupo de gaiteros que animaron a los participantes para pasar ese último escollo.