Marcelino Serrano lleva 36 años cumplidos al frente de la pescadería Raquel, un negocio que inició su padre hace casi medio siglo. "Él tenía un bar y por cosas del destino cogimos una pescadería, y aquí seguimos", manifiesta el pescadero, que asegura que ahora los pequeños empresarios trabajan para subsistir. "Los impuestos suben y las ventas bajan, pero eso es igual en Versalles que en Málaga", reconoce.

Casi tantos años como Serrano lleva Dori Coalla en Versalles, al frente de una frutería que lleva su nombre aunque todo el mundo la conoce por "la de Estelita" (su madre). En Versalles hay decenas de negocios "de toda la vida". Unos se mantienen intactos pese al paso de los años, y otros han ido adaptándose a los nuevos tiempos. Versalles es un barrio comercial y los vecinos presumen de ello, aunque lamentan que cada vez haya más bajos cerrados.