La decisión de la Consejería de Educación de sacar la tijera para eliminar aulas en algunos colegios, basándose en el descenso de natalidad, ha sentado como un jarro de agua fría en la concertada, no sólo en los centros afectados, sino también en los restantes. La directora del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo, Noelia Blanco, afirmó ayer que el anuncio del Principado significa condenar a los centros señalados, todos ellos de línea uno, esto es, con una clase por curso. "Afortunadamente, en el Buen Consejo tenemos demanda suficiente, y probablemente tengamos que baremar para primero de Educación Infantil. Pero las aulas que van a quitar condenan a los centros a cerrar", afirmó. Y es que si un centro se queda este año sin alumnos de tres años, en el curso siguiente no los tendrán de cuatro y así sucesivamente.

"Los más vulnerables son los centros de línea uno", añadió Blanco. Y los tres centros avilesinos que pierden una unidad lo son: Principado, San Nicolás de Bari y Luisa de Marillac. "Deberían de haber esperado a las matriculaciones, porque habrá padres que ya no los lleven por miedo. El anuncio hace que los padres busquen otra alternativa", aseveró la directora.

Blanco lamentó también los puestos de trabajo que se pierden con el recorte, personas que llevan muchos años trabajando y que tienen una edad complicada para quedarse en paro. Argumentó además que el ratio establecido como línea de corte es demasiado alto. "De todos los centros concertados de Avilés de línea uno los únicos no afectados somos el Santo Tomás y nosotros. Y es verdad que la natalidad ha bajado, y afecta a todos los colegios, pero han puesto un número de alumnos elevado: 17 para Educación Infantil, 20 en Primaria y 23 en Secundaria, cuando hay centros públicos con ratios más bajas", señaló.

La directora subrayó, además, que el plazo de alegaciones que establece la Consejería no respeta el plazo de matrícula, con lo que los centros no pueden argumentar una mayor matrícula de la prevista, en el caso de que se produzca. "Los padres están desorientados, tienen miedo a llevar a los niños a ese centro por si pierden la unidad y se lo recolocan en ese sitio. Estamos todos pendientes de un hilo, no nos dejan la tranquilidad", concluyó.