El arranque de la red de saneamiento de las parroquias de PIllarno y Quiloño está a expensas de que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico autorice los vertidos, según señala el concejal de Medio Ambiente de Castrillón, José Luis Garrido. El Principado dio por concluidas las obras de los colectores y las redes de competencia autonómica, tanto generales como secundarias, en el último trimestre de 2016.

"Una vez que la Confederación autorice los puntos para los vertidos, la gestión pasará a Aqualia, la empresa adjudicataria del servicio de aguas del concejo, para que los vecinos tramiten las acometidas. Cada vecino tendrá que abonar los enganches y el coste dependerá de la distancia de los domicilios a la red general", indica el edil. La red de saneamiento de Pillarno y Quiloño se conectará con el bombeo de Salinas y, como las del resto del concejo, terminará en la depuradora de Maqua.

La primera fase del saneamiento de Pillarno y Quiloño se adjudicó en 2010 por un coste que rondó los siete millones de euros. Se construyó un colector general entre Moire y las inmediaciones de Piedras Blancas de 6,6 kilómetros de longitud, así como varios ramales secundarios en Moire, La Cangueta y Las Bárzanas que sumarán otros cuatro kilómetros de tubería.

El colector general parte de un aliviadero en Moire y discurre paralelo a la carretera general hasta El Cuadro (Pillarno) y continúa bajo la autovía del Cantábrico hasta las inmediaciones de Piedras Blancas para concluir en un aliviadero en Coto Carcedo. El colector general cruza en siete puntos el río Raíces y en otros ocho las carreteras autonómicas y municipales que discurren a través de las parroquias de Pillarno y Quiloño.

El Principado adjudicó en 2014 otra fase del saneamiento para ejecutar nuevos tramos de la red secundaria en La Braña, Tresvalles, Romadorio, La Ramera, Llodares y San Miguel de Quiloño con un presupuesto de 1,2 millones de euros. La puesta en marcha de la red de saneamiento beneficiará a unos 1.000 vecinos de ambas parroquias castrillonenses.