El encuentro de La Venia en la plaza de La Ribera tiene una duración de poco menos de diez minutos. Pero si se le suma el tiempo total de la procesión del Domingo de Resurrección puede llegar a alcanzar la hora. Ese tiempo es mínimo teniendo en cuenta la preparación que cada año, desde hace seis, realiza César Menéndez como abanderado y cabeza visible de este paso religioso. Menéndez hará hoy su séptima Venia, a las 12.30 horas. Empezó a portar el pendón rojo de la Cofradía de Pescadores en 2011.

"Es una vez más, como la primera, pero sigo nervioso, en estado de tensión porque tengo una responsabilidad", asegura el abanderado, que comienza con los entrenamientos del acto más importante de la Semana Santa luanquina una vez que finaliza el Socorro, a primeros de febrero. Eso sí, su cabeza ya piensa en el encuentro de la Virgen y Jesús Resucitado desde el año anterior. "La Venia está marcado en rojo en el calendario por muchos luanquinos, es el acto central y no se puede fallar. Todos los que se acercan a La Ribera me están mirando, y no son pocos", indica.

La procesión de La Venia data del siglo XVIII. La Virgen pasa la noche del Sábado Santo en la capilla de La Concepción y el Cristo, en la iglesia. Una comitiva recoge a cada una de las imágenes para portarlas en dirección a La Ribera. Menéndez acompaña a la Virgen. Y, mientras tanto, va pensando en los tres pasos que ha de dar con otras tantas genuflexiones antes de hacer virar la bandera y sin tocar el suelo, provoca el Encuentro, es decir, que la Virgen pierda el luto que le cubre la cara y vea a su hijo recién resucitado.

"Todo requiere un trabajo mental enorme, soy el responsable de que todo salga bien, atender a mi grupo, que la bandera no se enganche en el mástil, ése el mayor miedo que tengo", destaca. Para controlar bien el pendón, Menéndez entrena sábados y domingos por la mañana en La Ribera, busca que las mareas sean las más parecidas a la prevista para el Domingo de Resurrección y emula que es el día grande de la Semana Santa. "Suelo bajar hacia las ocho de la mañana, cuando no hay gente, y así estoy tranquilo; ensayo entre quince y veinte minutos para algo que dura uno o poco más", abunda el abanderado de La Venia. "Si llueve no voy", aclara. Y así desde principios de febrero. También aprende a mejorar la técnica con vídeos de Youtube de años anteriores. En los días previos a la gran cita, ultima los detalles. "El lunes llevé la bandera a mi madre (María Carmen Álvarez) para que la enmendara por si tenía daños", explica.

César Menéndez dice que una de las claves para que La Venia salga lo mejor posible es "estar en forma". El abanderado se cuida, el remo es una de sus principales aficiones. Entrena con los veteranos del club de Luanco y gana agilidad y destreza en sus movimientos. "Creo que estar en forma es importante, resulta más fácil ya que haces menos esfuerzo y todo ello pese a que el palo y la bandera no pesan mucho", señala. Y añade que, incluso en sus días de trabajo de camionero, no deja de pensar en su procesión. "Creo que solo despejo la mente al día siguiente de La Venia, al otro ya estoy pensando en la del año próximo", relata este luanquín de pro, que por tradición, bien podía haber participado en el Encuentro de Candás. "Pero aquí estoy, en La Venia de Luanco", afirma con orgullo.

El abanderado se detiene por momentos para recordar a sus antecesores. Sobre todo al último, Lorenzo Rodríguez, "El Noy", que participó en la procesión durante veinte años. Precisamente, Menéndez comenzó a ser portador de este paso en 1994, cuando La Venia se hizo en el cabildo de la iglesia, porque las mareas impedían celebrarla en la playa de La Ribera. Años después, Lorenzo le ofreció que le cogiera el testigo y hasta hoy.

"Y lo haré mientras pueda", apostilla. Menéndez está orgulloso de su labor en Semana Santa, está ilusionado como un niño y quiere que la tradición del encuentro "se mantenga por muchos años". "Desde que soy el abanderado pienso que por un día soy más famoso que el Alcalde", expresa no sin antes invitar a vecinos y visitantes a disfrutar de La Venia esta mañana, poco después del mediodía, en la playa de La Ribera.