"El Cantu la Vara" es el apelativo que oculta a una de las voces de tonada más extraordinarias del circuito asturiano: José Antonio González Fernández. Además, es maestro de nuevos talentos. Y ayer lo demostró en la plaza de España, en una tarde ventosa que no desanimó al respetable. Más bien al contrario: los dos hermanos Guillermo y Alba Bravo, alumnos luanquinos de González Fernández, asombraron tremendamente al público que se juntó delante del escenario del Parche. Guillermo Bravo cantó al ritmo marcado por el gaitero Ramón García. Con el micrófono más bajo de lo normal, su voz se escuchaba clara en todas las esquinas de la plaza. "Me hago más joven cuando veo estas cosas", demostró su maestro musical. "Son pocos los cantantes como ellos", señaló "El Cantu la Vara".

Otro de los cantadores que salen de la cantera de González Fernández es Germán Riera Riera. "Me encanta que siga habiendo gente con ganas de seguir cantando", dijo. José María Pérez también fue uno de los veteranos que salieron al escenario de la mano de la asociación Narcea, que fue la encargada de diseñar un espectáculo a la antigua usanza: pareja de baile, gaita y monologuista en verso. José Manuel Pandiella fue quien se encargó de arrancar sonrisas a cuenta de políticos corruptos de "este benditu país, donde mete mano tó Dios".

Juanín de Noreña, a la guitarra, se llevó los aplausos. En su voz, homenajea a Vicente Díaz o a "El Presi" y lo hace todo a ritmo de guitarra. "El Cantu la Vara" fue el encargado de presentar el acto y fue el que animó al de Noreña "a grabar un disquín". Y es que se lo pidieron desde la plaza, que apenas tornó cuando los riosellanos "Corquiéu" tomaron el escenario para presentar sus últimos y, sobre todo, para recordar que ya no son tan mozos. Su música folk comenzó a sonar hace veinte años.