-A ver, Lolo, siéntate, que si no, no superamos el récord.

Frases parecidas a esta se escucharon en cada esquina del casco histórico de Avilés a media tarde de ayer. Y es que los participantes en la Comida en la Calle que estuvieran de pie entre las 14.45 y las 15.30 horas no contaban para batir el Guinness de gente disfrutando de un almuerzo al aire libre, la gran novedad del vigésimo quinto aniversario del banquete de las fiestas del Bollo. Fernando Ovies, Arturo Ezama, Luis Sobrino, Carmela Noguera y Juan Álvarez, cinco de los seis notarios con plaza en el concejo, se encargaron de dar fe del hito mundial. A las 16.00 horas, la alcaldesa, Mariví Monteserín, salió al escenario de la plaza de España para comunicar la noticia entre el júbilo de los que llenaban en ese momento la zona. "Se ha superado el récord en abundancia", aseguró. Dio la cifra oficial: 11.836 personas de fiesta en la calle; 2.386 más que en Metepec, en México, que ostentaba hasta ahora este "título" tras repartir 9.450 tacos en septiembre de 2014. "Este éxito es síntoma del buen rollo que se vive en esta ciudad", remató la regidora.

El anuncio de la obtención del récord mundial cosechó aplausos y entusiasmo. Cuando el jolgorio para comer en la calle echó a andar, hace un cuarto de siglo, se sentaron a la mesa 2.870 personas. "Cuando empezamos sólo esperabas que la idea arraigara", comentaba Monteserín. Y arraigó: a los 11.836 oficiales, el Ayuntamiento sumó ayer otros 6.000 que fueron a disfrutar al parque de Ferrera, "según fuentes policiales", y que no contaron para el Guinness. Las otras fuentes -los propios comensales bocadillo en ristre y con botella de sidra a todo meter- fueron menos claras. "Más que el año pasado", apuntaban unos. "Más o menos los mismos", señalaban otros, incapaces de dar una respuesta clara.

Avilés bate el récord Guinness con la Comida en la Calle: 11.836 comensales

Avilés bate el récord Guinness con la Comida en la Calle: 11.836 comensales

El caso es que, visto lo visto, el fiestón tuvo éxito arrollador y ahora, los responsables del recuento, impulsado por el Ayuntamiento, enviarán a la sede central del "Libro Guinness de los Récords", en Londres, la diligencia redactada por los cinco notarios, acompañada de fotos y vídeos. "El récord ya está, no se mueve", tranquilizó David Fernández. Incluido Lolo, el que casi se cae del recuento al principio de este relato.

"Una fiesta como ésta es para estar orgulloso de los avilesinos", indican los hosteleros

"Una fiesta como esta es para estar orgulloso de los avilesinos", manifestó Miguel Villabrille ayer mientras iba de acá para allá atendiendo a los invitados, ubicando comensales. "Es la fecha más señalada en el calendario de los chigreros", confirmó este propietario de un local del Carbayedo. Y David Franqueira, que atendió 570 reservas que le habían hecho sus clientes para la Comida en la Calle, opinaba igual: "No hay fiesta mejor que esta". La plaza del Carbayedo y las calles Galiana y San Francisco fueron las que más comensales aportaron al récord mundial: 3.469 de los 11.836 totales. Las otras zonas fueron: la plaza de Carlos Lobo, la calle de La Ferrería y Hermanos Orbón, con 2.709 comensales; en El Parche y en Rivero comieron 2.217 personas; en las inmediaciones de La Fruta, hubo 1.824 participantes; y en Sabugo, 1607.

La familia de Conchita Marino y Dionisio Rubio fueron de los primeros del banquete: "Siempre nos gusta llegar tranquilos, antes del follón", apuntaba ella. "Somos catorce: abuelos, hijos, sobrinos...", añadía. "Y nietas", reivindicaba una de las olvidadas. "Estamos yo, que soy Claudia Guerrero, mi hermana Rocío y también Zaira Domínguez", aseguraba. El resto de los comensales, mientras tanto, abrían la primera botella de sidra. "No me des, que ya bebí suficiente", apuntaba Conchita Marino, "la matriarca". Los catorce de esta familia son de Avilés y de Raíces Nuevo. Precisamente en la localidad castrillonense se celebró una nueva edición de su particular Comida en la Calle: más de 350 personas sacaron los filetes rusos al parque. Lo estupendo "es compartir conversación", apuntaba la concejala de Festejos, Ana Hevia, sin parar en todo el día.

Desde media mañana, Lucas Dorado -el Charlot de la charanga "El Felechu"- no paró de bailar y de recorrer las calles de la ciudad poniendo banda sonora a una jornada espectacular como pocas en muchos años. "El tiempo nos ha ayudado mucho", reconocía Mariví Monteserín, la alcaldesa, ya fuera de micrófonos. Los "Menudos Notas" también fueron los encargados de poner música a la fiesta. Ellos no llevan a Charlot, visten de amarillo y se les nota a la legua.

Multitudinaria Comida en la Calle de Avilés

Multitudinaria Comida en la Calle de Avilés

No todos los que contribuyeron a hacer que la Comida en la Calle sea la más grande eran de Avilés. Hubo, por ejemplo, un grupo de 120 personas que se dio cita por redes sociales. "Venimos de Langreo, El Entrego, de Gijón...", apuntaban a coro. Sobre la mesa: mejillones, ensaladilla y ganas de celebración. "Vamos a conseguir el récord", vaticinaban antes de meterse los notarios en harina. A eso vinieron los 90 miembros de la A Canteira, que es una asociación de senderistas de la localidad coruñesa de Ceda, todos con camiseta y fular rojos. "Querían haber venido todos, pero por cuestión de autobuses tuvimos que sortear los puestos", explicaba Juan Fernández Fidalgo, uno de los miembros del club y el responsable de la aventura. "Soy de Avilés y les dije cómo era todo esto", contaba. Y así se vinieron: con jamón cocido, con lacón cocido y "la de mi madre".

Tamara Luna y Carmen López, la xana y su primera dama, comieron pronto fabada. "Hemos entregado un montón de premios. Es muy divertido, nos dan flores", reconocía la reina de las fiestas. La xanina, Carmen Pérez, no dejó a la pregonera, la bailarina Olga Mesa, en ningún momento. Tiene ocho años y las ideas claras:

-Quiero ser bailarina y coreógrafa, -dijo.

-¿De qué tipo?, -preguntó Mesa.

-Contemporánea, -contestó la xanina; y Mesa se mostró henchida-. No había vivido nada como esto, -concluyó.

La fiesta de estar todos juntos -la de ayer- se remarcó con un grupo de chavales de Salinas. "Normalmente, íbamos a comer al parque, pero esta vez nos hemos quedado en el mismo Parche", explicaban Paula Alonso y Heli García. "Nos hemos aburguesado", reconocían entre sonrisas y con sidra enfriándose en cubos llenos de agua.

Pasadas las cinco de la tarde, la organización empezó a recoger mesas, sillas y aplausos. Los que quedaban se metieron en los bares y todos juntos esperan volver a triunfar el próximo año. Superar el récord es ya uno de los deberes de esta fiesta orgullosa.