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Ecos del Gozón minero

La investigadora Lucía Fandos prepara un libro de la historia de la mina de Llumeres medio siglo después de su clausura

Mineros en el castillete del pozo Llumeres en 1950. Por la izquierda: Pepe Chacón, Paulino Cantarines, Falo de Lena (muerto en la mina en 1952), Pepín del Diablo, Falo Molín, Máximo Barrena y el Nene.

La minería en Gozón está de aniversario. Hace cincuenta años que la explotación de hierro de Llumeres dejó de producir y la investigadora Lucía Fandos prepara una publicación para relatar los 108 años que la mina estuvo en funcionamiento. Estará lista en diciembre, coincidiendo con Santa Bárbara, patrona de los mineros, Fandos defiende que pocos saben que Llumeres fue la explotación de hierro más importante de la región. "La mina ocupa casi todo el subsuelo de Bañugues, Verdicio y Heres", señala Fandos, que remarca una y otra vez que "la mina era la que más calidad y cantidad tenía y había casos en los que la pureza del mineral alcanzaba el 54 por ciento". La explotación de Llumeres comenzó a funcionar en 1859 y llegó a alcanzar las 100.000 toneladas anuales extraídas. "El mineral, principalmente alimentaba los altos hornos de La Felguera -la mina fue propiedad de Duro Felguera- y también fue exportado a países como Alemania e Inglaterra", destaca la investigadora, que se detiene en enumerar algunas de las actuaciones que se desarrollaron con hierro bañuguero: "Se construyeron buques de la Armada, el crucero 'Isabel II', el cañonero rápido 'Torpedero', raíles de tren de buena parte del norte de España, el puente Requejo en Zamora, el puente Esteban en Salamanca, la campana del Ángelus de Covadonga..." Eso sin contar los castilletes de mina repartidos por la geografía española.

El principal problema de la explotación fue el transporte de mineral desde Llumeres hasta La Felguera. Ante la ausencia de ferrocarril en Gozón, el hierro era trasladado en barco. Se cargaba en el embarcadero de Llumeres en lanchas y vapores en dirección al puerto de Gijón, donde se trasladaba al ferrocarril en dirección a Langreo. Esa cuestión cambió en 1922 con la instalación de un cable aéreo. Eso permitía cargar cajilones de 350 kilos cada uno hasta El Regueral (Candás) para después transportar el hierro en tren hasta La Felguera. "Ese cable aéreo formaría parte del paisaje del concejo durante 45 años", indica la investigadora. El transporte por vía marítima, no obstante, nunca dejó de utilizarse.

La mina marcó durante sus años de vida la idiosincrasia de las parroquias de Bañugues y Verdicio. El grupo minero Gozón contaba con tres pozos: Simancas (Verdicio), Llumeres (Bañugues) y mina Rucao, en el Monte Merín (Bañugues). En esas instalaciones llegaron a trabajar simultanéamente trescientas personas. La mayor parte, de las parroquias mencionadas más Viodo y Heres. "Entre 1955 y 1965 había una plantilla de 250 entre mineros, mujeres que trabajaban de peones, mecánicos, electricistas, técnicos...", detalla Fandos, que recuerda que la mayoría de los empleados tenían trabajos "mixtos"; es decir, que compaginaban el mar con la mina. "Entraban a las 8.00 horas y antes ya iban a echar las nasas al mar, que recogían al finalizar su turno. Las mujeres atendían la casa, la huerta y el ganado y también iban a la mina. No sé como podían aguantar", expresa la investigadora, que ha pateado no pocos archivos para recopilar esos datos. Los accidentes laborales eran muy frecuentes. "Llama la atención que entre 1910 y 1911 se registraron 54 accidentados y había 150 obreros", detalla Fandos, que confiesa que le está costando recopilar los fallecimientos en el trabajo. "Encontré veinte por diversas causas. Solo entre 1960 y 1967, cuando la actividad era ya menor, hubo seis muertos por diversas causas como asfixias, accidentes con la vagoneta, explosiones...", señala la investigadora.

Lucía Fandos prepara su libro concienzudamente y no quiere que se le escapen detalles como por ejemplo la presentación del expediente de crisis que la empresa presentó en enero de 1967. La zona que estaba siendo explotada se había agotado y la continuidad de la explotación pasaba por una fuerte inversión económica. El 14 de abril de 1967, el Ministerio de Industria autorizó el cierre definitivo de la mina de Llumeres. Cuarenta y tres años más tarde, en 2009, la infraestructura que aún permanece junto a la playa homónima fue incluida en el inventario del patrimonio cultural de Asturias.

"La publicación que tenemos prevista es un estudio completo de la mina y su historia; cuento con la estrecha colaboración de la asociación 'El Curbiru' de Bañugues y además la Universidad de Oviedo también colabora", expresa la investigadora, que ha realizado decenas de entrevistas con empleados como Ramón Heres, Lorenzo "El Zamorano" o Jesús Manuel García "Manolo Tana", que con su memoria de hierro han ayudado a tejer una historia que quiere ser recuperada cincuenta años después de que saliera la última vagoneta de Llumeres.

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