Las baterías de coque de Avilés afrontan su recta final de vida en el punto de mira por la nube tóxica que cubrió el centro de la ciudad durante casi una hora el lunes por la tarde. La Fiscalía ha abierto de oficio una investigación para determinar si hay responsabilidad penal en el incidente contaminante. El Principado abrirá expediente a Arcelor-Mittal y analiza si procede imponer una sanción a la multinacional, y la Alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, urge que se aclare la causa de la fuga. "Queremos saber si fue un fallo puntual o si el incidente tuvo que ver con un fallo estructural de las instalaciones que producen coque", aseveró la regidora socialista, que pidió "información precisa, objetiva y veraz" y la garantía de que "no vuelvan a suceder hechos como estos en lo que les queda de vida a las baterías de Avilés".

La planta de ácido sulfúrico de baterías de coque estará cerrada en tanto no se garanticen las medidas de control necesarias para que un episodio de contaminación como el ocurrido el lunes no vuelva a repetirse. Arcelor-Mittal confirmó ayer que se produjo un emisión de trióxido de azufre, un contaminante que provoca irritación en las mucosas, y ofreció más detalles sobre la avería. En el proceso de producción de coque (destilación del carbón) se genera gas de coque, que posteriormente se depura en varias fases. Una de esas fases se da en en la planta de ácido, donde se obtiene como subproducto ácido sulfúrico que se reutiliza en la instalación. Durante el tratamiento final del lavado de estos gases, se registró una avería en la sonda de nivel que mide el agente del lavado (ácido sulfúrico). Una avería en el sensor hizo que éste reflejase que había ácido sulfúrico en el tanque para el lavado de gases cuando no era así y se produjo una emisión de trióxido de azufre, que duró entre doce y quince minutos. La instalación se paró rápidamente, la sonda de nivel ya está reparada y la multinacional está realizando "análisis más detallados" de las causas que provocaron esa avería para reabrir la instalación "tan pronto como sea posible", apuntó un portavoz de la multinacional. Según las mismas fuentes, en el servicio médico de la siderúrgica no hubo que atender a ningún trabajador. En Avilés fueron cinco las personas tratadas por la inhalación de gases tóxicos, según explicó Monteserín: dos acudieron al servicio de urgencias del San Agustín, otros dos al centro de salud del Quirinal y uno al de Llano Ponte.

El incidente contaminante del lunes ha puesto el foco en el mantenimiento de las baterías de coque de Avilés. En la multinacional aseguran que la fuga fue "un hecho aislado" y que "en los últimos años se han invertido varios millones de euros en mantenimiento para adaptar la instalación a las continuas revisiones de la autorización ambiental integrada, cada vez más restrictiva". Alfonso Rey, delegado de prevención de la CSI y trabajador de la coquería, asegura en cambio que "no hay un mantenimiento preventivo adecuado". "Lo del lunes no fue más grave por la rápida actuación de los operarios, que detectaron la fuga por el fuerte olor. No hay inversiones desde hace años y las instalaciones las requieren", aseguró.