El colegio público Castillo Gauzón, en Raíces (Castrillón), vive un periodo de transformación tanto externo -con paredes, columnas y verjas pintadas de alegres colores-, como interno, mediante la reciente apertura de la biblioteca, la puesta en marcha el próximo septiembre del comedor escolar y la aplicación de metodologías adaptadas a la realidad social y educativa del siglo XXI, como es el caso del trabajo cooperativo y la integración de las nuevas tecnologías.
La renovada junta directiva, encabezada por Teresa López, profesora de Inglés que llegó al centro castrillonense a comienzos del presente curso, aspira a poder desarrollar un conjunto de ideas que modernicen la institución a la que diariamente acuden 126 alumnos y 17 profesores. Algunos de estos propósitos ya son una realidad, como la reapertura de la biblioteca, que tuvo lugar coincidiendo con la celebración del Día del Libro. "Queremos que se convierta en el eje del colegio con el objetivo de fomentar la lectura y ayudar al desarrollo de la imaginación y la expresión de los alumnos", señala la directora. Para hacer de este espacio un lugar atractivo se llevaron a cabo pequeñas obras de acondicionamiento y se renovaron los libros, añade Beti Roso Martín, jefa de estudios. Además, y al igual que en la casi totalidad de las aulas, las sillas y mesas se han calzado con pelotas de pádel con el fin de reducir el nivel de ruido. Esta medida, que sorprende a todos los que acceden a las dependencias educativas, partió de la profesora de Inglés Natalia Fernández, aficionada al pádel. "Se dedicó a recoger las pelotas que ya no son útiles para la práctica del deporte y las trajo al colegio. Para colocarlas en las patas hay que hacerles un corte con un cúter", explica Roso.
La "atención plena" es otro de los proyectos igualmente en marcha en el centro educativo de Raíces. Se desarrolla en cuarto de Primaria y consiste en trabajar técnicas de respiración y relajación con los alumnos. Corre a cargo de Ramón Leonato, al frente de un centro de meditación en el concejo de Illas. "Es un proyecto piloto que prepara a los niños emocionalmente. Las sesiones, que tienen lugar una vez a la semana, les ayuda a relajarse, favoreciendo así la concentración", comenta Teresa López, que al igual que el resto de profesores y también padres de alumnos, participó en sesiones similares a las de los jóvenes.
También relacionado con el ámbito de la salud, el colegio Castillo Gauzón cuenta con un huerto en cuyos cuidados se ha implicado el abuelo de uno de los niños. "Todos los lunes por la tarde acuden los alumnos de Primaria repartidos en dos grupos; ya se ve la cosecha. Ahora hay plantadas berzas, cebollín y lechuga", relata la jefa de estudios, para a continuación referirse a algunas de las iniciativas adoptadas para fomentar el reciclaje. "Se han creado patrullas en el patio de forma que los niños, identificados con unos chalecos, van concienciando a sus compañeros", comenta.
Además del programa para aumentar el consumo de fruta, que está asociado con el de música en el recreo, el proyecto sobre el que la nueva directora ha puesto todas las expectativas es el de trabajo cooperativo, que ya es una realidad en algunas aulas. "Se trata de que los niños aprendan a trabajar en equipo. Para ello hacemos dinámicas que son juegos, técnicas simples que refuerzan la comprensión", explica Teresa López, amplia conocedora de este método en el que lleva profundizando varios años y que, dice, "permite confrontar ideas, comprender y aceptar, dar y recibir ayuda, o desarrollar habilidades sociales", entre otros aspectos. "El objetivo se ve a largo plazo", concluye.
