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SIRI HUSTVEDT | Escritora, presenta esta noche en el Niemeyer "La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres"

"El temor de muchos seguidores de Trump es al poder que vamos a tener las mujeres"

"Para suicidarse, que es algo que los animales no hacen, un ser humano tiene que verse a sí mismo como si fuera otro"

Siri Hustvedt, en una imagen promocional. MARION ETTLINGER

Lo que trae a la escritora Siri Hustvedt (Northfield, Minnesota, Estados Unidos, 1955) a Avilés es su nueva colección de ensayos: "La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres" (Seix Barral, 2017). La presenta a las 20.00 horas en el auditorio del Niemeyer, que es la última parada de una gira que la ha llevado a Madrid y a Bilbao. La última vez que estuvo en Asturias fue para acompañar a su marido, el escritor Paul Auster, en la recepción de su premio "Príncipe de Asturias". La creadora analiza en este último libro suyo materiales tan heterogéneos como la representación de las mujeres en el arte o las causas del suicidio. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono, con la ayuda de una intérprete, tras una mañana completa dedicada a los periodistas.

- ¿Se puede distinguir entre feminismo de izquierdas y de derechas?

-Yo no diría que haya feminismo de izquierdas o de derechas, pero tradicionalmente el feminismo se ha manifestado en dos polos, aunque son el mismo. Me refiero a uno de, podíamos llamar "de calidad", que se centra en las similitudes que hay entre hombres y mujeres; y luego está el feminismo "de la diferencia", que se centra en las diferencias sexuales, psicológicas entre hombres y mujeres y pone el acento en eso.

- Me da la sensación de que está convencida, como decía Beauvoir, que la de mujer es una condición que se alcanza.

-"El segundo sexo" es uno de los textos feministas más grandes que existen. Simone de Beauvoir pasó muchas páginas explicando la biología de su cuerpo, pero también subrayó un punto evidente e importante: que nos vamos desarrollando a través de la cultura y de los otros que nos acompañan. Esto es lo que Beauvoir llama "convertirse en" mujer.

- Ivanka Trump considera que su padre es un hombre que favorece a las mujeres. ¿Está fuera del mundo?

-(No para de reír). La vi en la BBC decir eso. Es un momento extraordinario que una hija esté apoyando a su padre. Muy pocas veces hemos visto una misoginia tan pronunciada como la de Donald Trump. Cuando su hija reafirmó su apoyo por las mujeres lo único que recibió fueron abucheos.

- ¿Donald Trump es una "rara avis" de la política americana o es el destilado de Reagan o los dos Bush?

-Donald Trump es una combinación de ambos aspectos: un Partido Republicano que poco a poco se ha ido inclinando hacia la derecha y eso ha permitido que resurjan ideas muy antiguas, populistas... Lo que hay que señalar aquí es el componente raza: los blancos son los que han votado a Trump. Lo que ha decidido el voto a Trump no es el nivel de renta, es la educación. El temor que existe en parte de los seguidores de Trump es cuánto poder vamos a tener las mujeres o los hombres de color, sobremanera, los hispanos, que son los que de verdad han ido ganando terreno y aumento su población.

- Se decía que Nueva York, donde usted vive, era la ciudad de los progresistas, pero de allí ha salido Trump.

-A Trump le han votado en el Estado de Nueva York, no en la ciudad, donde no consiguió casi ningún apoyo.

- Quería volver a su literatura. ¿Para quién escribió "La mujer temblorosa? ¿Para usted o para el resto de las mujeres temblorosas?

-Ese libro es el fruto de mis estudios en el mundo de la psiquiatría y de otras ciencias durante muchos años. Sufrí un síntoma que me parecía muy interesante, que eran esos temblores. Por eso, decidí usarme a mí misma como objeto de investigación. Y resulta que el público más importante de este libro fueron neurólogos, psiquiatras y, en general, el resto de la comunidad médica. Ahí es donde he obtenido mucho éxito con "La mujer temblorosa". A partir de ahí empezaron las conferencias, las charlas... la explicación de mi problema como un problema de muchos.

- Cambiando de tema, dice usted que el suicidio es una necesidad de reconocimiento.

-El argumento que defiendo es más complejo, mucho más. Para suicidarse, que es algo que los animales no hacen, los seres humanos tienen que ser tan suficientemente desarrollados como para verse a sí mismos como otros. El suicidio exige la conciencia reflexiva, esa que distingue el "yo" como si fuera "otro", como si fuera un objeto de vergüenza, de culpa, de dolor, de duelo. El deseo de matar a ese "otro" -que es el "yo"- es mayor que la necesidad evolutiva de sobrevivir. Por eso, se producen suicidios.

- El subtítulo es "ensayos de feminismo, arte y ciencia". ¿Dónde está más cómoda?

-Me encuentro igual de a gusto escribiendo una u otra cosa. No puedo elegir.

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