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Condenan a una telefónica por mal uso de la lista de morosos

La compañía deberá pagar 10.000 euros a un avilesino por tratarlo como deudor al confundirlo con otro cliente

Un avilesino recibirá 10.000 euros de una compañía telefónica que confundió su identidad con la de otro cliente y lo incluyó en una lista de morosos. A J. H. F. C. no le quedó más remedio que acudir a los tribunales para exigir una rectificación e indemnización de la firma, ya que estar en esta clasificación le supuso graves trastornos, hasta el punto de que le fue denegado un crédito bancario. En un primer momento la sentencia cifró en 5.000 euros la indemnización, pero tras recurrir, la cantidad final a que fue condenada la empresa es el doble.

El abogado de J. H. F. C., Juan Carlos Fernández Castronuño, califica de "sangrante" la actitud de la compañía telefónica. "Se empeñó en pasar de todo, tuvieron oportunidades más que de sobra para corregir su error", dice el letrado. La firma quiso en mantener a este avilesino en la lista negra, por coincidir su nombre con un cliente moroso de Valladolid.

El afectado supo que estaba en esta lista cuando se dispuso a hacer un contrato con la empresa. La compañía lo denegó, con el argumento de que tenía una deuda de unos 300 euros contraída con la propia empresa. Y de nada sirvieron sus quejas. "Inició un periplo de llamadas a atención al cliente, a la Agencia de Protección de Datos, llegó a ir a un arbitraje de consumo que le da la razón, pero la empresa siguió sin quitarlo de la lista de morosos", relata el letrado.

Llegado a este punto, el avilesino decidió demandar a Orange por vulneración de su derecho fundamental al honor. En los juzgados de primera instancia de Avilés consiguió una primera sentencia favorable. "Pero consideramos que la cantidad era poca, por eso recurrimos", explica Fernández Castronuño. Y es que el error de la compañía provocó al demandante daños morales además de los patrimoniales anteriormente mencionados: su entidad bancaria le negó un préstamo.

Según el abogado, es relativamente frecuente que las compañías telefónicas cometan este tipo de errores que tienen consecuencias de diverso tipo en los afectados. En el caso de J. H. F. C. la historia ha terminado felizmente, pero lo que el abogado destaca del caso es el empecinamiento de la empresa en no dar el brazo a torcer pese a que tuvo todo tipo de avisos y advertencias.

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