El Ayuntamiento de Avilés lleva invertidos en mejoras en el teatro Palacio Valdés más de dos millones de euros. El compromiso municipal con las artes escénicas es tan evidente que el odeón que diseñó Manuel del Busto hace casi 120 años se ha convertido en centro de atracción de primeras funciones que se repican durante años. Toda la profesión artística -de Nuria Espert o Kevin Spacey hasta los grupos escolares- han pasado por un teatro que vivió mejores presupuestos para programar. De un tiempo atrás no se programan ni óperas, ni zarzuelas, ni ballets. El Palacio Valdés, sin embargo, no ha perdido su atractivo.

Los dos millones de euros se han invertido, por ejemplo, en una nueva instalación contra incendios que se suma a un compresor de sistema de aire acondicionado, un equipo de regulación profesional, el cierre de cristal y panel de conexiones. Asimismo, existe una guardarropía, nuevas mesas de iluminación. Se ha cambiado la maquinaria escénica -fue una de la primeras intervenciones-. Se instalaron barandillas, repararon las marquesinas exteriores y se restauraron las columnas -que los constructores del edificio dejaron como de cartón piedra-. Además, el Ayuntamiento reparó la cubierta, hizo un estudio de patologías en fachadas y balcones, el trabajo previo a la rehabilitación de fachadas.

También se reparó el suelo, se acondicionaron las escaleras, se suprimieron las barreras arquitectónicas -esto es, se instaló un ascensor-. Una de las intervenciones más señaladas fue la puesta en marcha del mecanismo basculante del patio de butacas, uno de los tesoros originales de Manuel del Busto. Se trata de una máquina que pone en horizontal el suelo de la platea de tal modo que el Palacio Valdés, sin butacas, se convierte en una pista de baile o en una salón de banquetes. Para eso se usó por primera vez: para la fiesta del Festival de Cine y Arquitectura y para una reunión de capitanes de yate.