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El Reblinco es una ruina

Una de las puertas de acceso a Avilés por la carretera nacional presenta un aspecto cada día más deteriorado que indigna a las diez familias del barrio

Edificios en ruinas del barrio, con construcciones en los árboles.

El Reblinco está a algo menos de tres kilómetros de la plaza de España, una distancia que, a pie, se recorre en aproximadamente media hora. Pese a la cercanía de este barrio al centro más centro de Avilés y pese a ser una de las puertas de entrada de la ciudad por la vieja nacional 632, se encuentra en ruinas. Algunas casas han sido derribadas en los últimos meses, otras se caen a cachos y, las que menos, las conservan las aproximadamente diez familias que conviven "entre aguarones". Los lugareños están hartos. Exigen un sinfín de mejoras, ante todo limpieza.

"Damos comida a los gatos callejeros para que asusten a las ratas porque ya no sabemos qué hacer", asegura Ana García Huertas. Manuel Llano González confirma sus palabras. Este hombre llegó al Reblinco hace medio años y vive en lo que en su día fue el bar "El Montañés". "Este barrio tiene la fama de 'bronx' por los altercados que hubo en el pasado pero ahora nadie molesta a nadie. Aquí se está de maravilla con el único problema de que el barrio está completamente abandonado", confiesa. Otra vecina agrega: "No hemos visto ninguna mejoría en los últimos 29 años".

Los paisanos viven entre la carretera, el puente que da acceso al polígono de la ría y las vías del ferrocarril. "La zona conocida como el playón del Reblinco -un solar a día de hoy comido por la maleza- antes la limpiaban los operarios del Plan de Empleo. Ahora ni siquiera se sanea este terreno y las administraciones se pasan la pelota diciendo que no es de su competencia", aseguran los lugareños, indignados. Defienden que en este terreno se podría construir un parque para los críos o un área recreativa.

Los lugareños solicitan también que se derriben los números 7 y 9 de la calle Ramón Garay. A finales de diciembre de 2015 ya se demolieron casas en este barrio. La actuación estaba incluida en el Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) El Reblinco-Villalegre, cuyo convenio fue firmado en abril de aquel año por el Ministerio de Fomento, el Gobierno del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Avilés. En realidad parte de bastante más atrás, pero los sucesivos retrasos, suscitados en gran parte por la dificultad de Ruasa para conseguir crédito bancario con que sufragar la operación, demoraron estas demoliciones.

Los derribos en El Reblinco afectan a inmuebles en muy mal estado, en los que ya no vive nadie, y que además son de titularidad pública. El pasado año al menos otra vivienda fue demolida también por Ruasa. "En este barrio no se vive mal a día de hoy pero sería necesario que alguien mirara por El Reblinco. Aquí pagamos los impuestos al Ayuntamiento de Avilés igual que una persona de la Plaza de España", concluyen los vecinos, a los que les gustaría, también, mayor vigilancia policial. Hace unos días, por ejemplo, en la "calle de atrás", los amigos de lo ajeno se llevaron todas las tapas de las alcantarillas del barrio.

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