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NACHO VEGAS | Presenta el sábado en el Valey "Reanudación de las hostilidades"

"No me podría dedicar a la política porque me absorbería el tiempo para escribir canciones"

"Los temas musicales y los poemas usan lenguajes distintos, aunque compartan la palabra como materia prima"

Nacho Vegas, en su casa de Gijón, en una imagen de archivo. MARCOS LEÓN

El cantautor gijonés Nacho Vegas (1974) presenta este próximo sábado (20.00 horas) en el centro cultural Valey de Piedras Blancas "Reanudación de las hostilidades" (Espasa, 2017), un libro que es una suma de poemas y prosas que sigue la estela de su debut en la literatura -"Política de hechos consumados" (Limbo Starr, 2004)-. Vegas, que conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono, repasará su carrera musical sobre la escena donde combinará canciones con el recitado de parte de su nueva publicación.

- Segundo libro, ¿doctorado en Literatura?

-Sigo ensayando. Me queda mucho, no para doctorarme, para poder hacer algún concierto. Escribí de manera desordenada desde hace tiempo, siempre pensé en ordenar todo aquello. Fue entonces que me llamó Belén Bermejo, de Espasa. Hacía tiempo, es cierto, que no escribía más que canciones. Estaba todo en una carpeta en el ordenador. Necesitaba de alguien de fuera que pusiera orden en todo eso. Lo conseguí.

- Empezó muy pronto a escribir.

-En la Facultad, en Oviedo, escribí mucho volumen. Algo de aquello lo publiqué en mi primer libro, en "Política de hechos consumados". Pasó el tiempo y, como le digo, me dediqué a escribir canciones de lleno. Dejé la literatura a un lado porque no sentía la necesidad de escribir de manera urgente, a lo loco. Ahora siento la necesidad de escribir poesía y hacerlo de manera más reposada.

- Distingue canciones de poemas.

-Las canciones y los poemas usan lenguajes diferentes, aunque tengan la misma materia prima: las palabras. Hay textos míos que nacen para ser canciones, pero terminan siendo poemas o al revés. Los poemas tienen un ritmo que aprecias cuando lees, a las canciones este ritmo se lo da la propia melodía. Son cosas distintas.

- Que se lo digan a los que le dieron el Nobel a Dylan.

-No me interesé demasiado cuando le dieron el premio, pese a que ese día tenía el móvil que echaba humo. Nunca tuve mucha simpatía por el Nobel, aunque soy muy fan. Deberíamos preocuparnos más de que ni una sola mujer recibiera el Nobel el año pasado que de si Dylan lo merece. En todo caso, prefiero que se lo den a él que a Murakami, que suena todos los años.

- Combina prosa y poemas.

-Mi primer libro fue por ahí: una miscelánea de poemas, prosas, relatos, una forma semejante a los libros de Sam Shepard. Ahora lo que he hecho es acotar poemas y relatos: todo junto, pero no revuelto. Siempre me han gustado estas mezclas.

- ¿Y lo "Reanudación de las hostilidades"?

-El lenguaje bélico es goloso para utilizarlo en la vida cotidiana: estaría bien que sólo se utilizara en estas condiciones. Me pasa muchas veces: leo en la prensa algunas frases que terminan en las canciones. Leí en 2011 eso de que "España iba a hacer crac" y lo saqué en un disco. Pasó igual ahora: no sé dónde leí que en un conflicto bélico se reanudaban las hostilidades. Ya digo: la guerra cruenta puede ser absorbida.

- ¿Cómo se combina la política con la música profesional?

-Son cosas distintas. Me pidieron que me presentara en una de las listas de Vistalegre 2. Me apetecía asomarme a ver cómo estaban las cosas en Podemos, aún a riesgo de que lo que viera no me gustara. Lo que tengo claro es que no me podría dedicar a la política de manera profesional porque me absorbería el tiempo para escribir canciones.

- ¿Han cambiado las cosas de su primer disco a ahora?

-Sigo siendo tan desastre ahora a los 42 como lo era a los 25.

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