"Me duele todo. Mejor le cuento lo que no me duele". Esta es una de las respuestas habituales de los pacientes de fibromialgia, una enfermedad que genera un gasto anual de 11.000 millones de euros, por las bajas laborales, absentismos, pensiones de discapacidad y atención de especialistas. Así lo indicó ayer el doctor Jesús Babío Herraiz, jefe de sección de Reumatología del Hospital Universitario de Cabueñes, que intervino en las actividades dedicadas al Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica que organizó la Liga Reumatológica Asturiana. Ante una sala abarrotada de público, en el Centro Niemeyer, el doctor hizo un repaso de lo que supone la enfermedad, un dolor que no deja rastro y que precisamente por eso hasta hace poco no tenía diagnóstico.

"La fibromialgia es una enfermedad reumática que se caracteriza por dolor músculo-esquelético crónico, difuso, generalizado y no articular, al que se acompañan otras manifestaciones como trastornos del sueño. Sin alteraciones orgánicas demostrables y de causa desconocida", expuso el facultativo. Las mujeres son las víctimas principales de esta dolencia: entre un 80 y un 90 por ciento de los pacientes lo son. Y el pico de edad se sitúa entre los 30 y los 55 años. La prevalencia oscila entre el dos y el tres por ciento de la población general y los pacientes de fibromialgia suponen el 15 por ciento de las consultas de reumatología. Babío Herráiz afirmó, además, que los familiares de un paciente con fibromialgia tienen hasta ocho veces más posibilidades de tener también la enfermedad.

En cuanto a los síntomas que acompañan a la fibromialgia figura en la mayor parte de los casos la falta de sueño reparador: "Los pacientes se levantan más cansados". El dolor afecta fundamentalmente a partes blandas del cuerpo, y la falta de movilización por el cansancio o dolor derivan en atrofia y disminución de la masa muscular. También se generan alteraciones de los neurotransmisores de las hormonas serotonina y noradrenalina.

"Una característica que se asocia a un 75 por ciento de los pacientes es la presencia de un síndrome ansioso-depresivo, que está influenciada por el dolor, la dependencia y la falta de habilidades de afrontamiento. Junto a esto figuran también alteraciones en la memoria", apuntó el doctor. Sin embargo, los afectados con mayor tiempo de evolución en el diagnóstico conviven mejor con la enfermedad, con una disminución en los niveles de ansiedad y catastrofización ante el dolor.

Esa deriva depresiva con la que tienen que lidiar los pacientes justificó ayer la intervención en el acto de la psicóloga Marisol Delgado, colaboradora de la Liga Reumatológica Asturiana, que expuso cómo aplicar una terapia cognitiva para la fibromialgia. Otro de los refuerzos para mejorar la calidad de vida de los pacientes es la realización de ejercicio físico y de medidas como masaje, calor local, electroterapia, ultrasonidos y acupuntura. También el taichi puede resultar beneficioso, tal y como expuso José Luis Monforte, instructor de esta técnica oriental.

En el acto también participó la concejala de Bienestar Social, Yolanda Alonso, y el vicepresidente de la Liga Reumatológica Asturiana, Francisco Javier Alonso, que estimó en más de 25.000 los afectados por esta enfermedad en Asturias. "Nos sentimos orgullosos de nuestra lucha", sentenció.