La crisis de fiestas en los barrios, con la cancelación de varias de las citas clásicas en el calendario, preocupa a la alcaldesa, Mariví Monteserín, que ayer citó a los representantes de las distintas entidades para escuchar sus quejas. Unas quejas que se basan en tres realidades, y quizá la más evidente es, como indicó Lici Alonso, de Versalles, la falta de ayuda: "El problema que tenemos es simplemente de manos. Necesitamos personas para sacar adelante el problema de las fiestas". Y así descartó que, en su barrio, hayan pesado otras dos cuestiones que sí afectan a otros: los cobros que está reclamando la SGAE por derechos de autor de años pasados y la dificultad de la administración electrónica, impuesta para las comunicaciones con el Ayuntamiento: "En Versalles no es problema de dinero que no se hagan las fiestas, se puede pagar a la SGAE contratando una orquesta menos".

Una situación distinta es la que planteó Félix Rodríguez, presidente de los vecinos de Miranda. "Este año las fiestas se hacen por orgullo. Pero cada día nos lo ponen peor. El mayor problema ahora mismo es económico, con lo de la SGAE. Y de la mano, el tema de personal. Necesitamos que se arrime gente, que nos echen una mano", indicó. En cuanto a los trámites digitales, son una dificultad añadida. "Llevamos ocho días para hacer una factura", añadió.

Manuel Fernández, presidente de los vecinos del Carbayedo, afirmó: "Este año no tenemos problema, vamos a hacer las fiestas como todos los años. Otro año... No sabemos". La Alcaldesa indicó que, con la reunión de ayer, pretende hacer un diagnóstico para ver cómo puede apoyar el Ayuntamiento la organización de las fiestas, que son "un elemento fundamental para generar convivencia, diversión y riqueza en los barrios".