"Nos quieren echar de casa", alertaron ayer los vecinos del Nodo a los que la Cofradía de Pescadores quiere rescindir el contrato de alquiler, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Los afectados participaron en una asamblea en el salón parroquial de la Iglesia Virgen de Las Mareas. La Cofradía remitió hace semanas a una treintena de familias un burofax que comunica la no renovación del contrato de arrendamiento de sus viviendas, que tienen que dejar "libre y expedita antes del 31 de mayo". En la misma misiva, deja abierta la puerta a la negociación de un nuevo contrato de arrendamiento, que forma parte del plan de la entidad de subir los alquileres a los destinatarios, marineros, jubilados y viudas de pescadores. "La carta lo que dice es que se rescinde el contrato de alquiler, eso es lo que se está discutiendo, que quieren echar a la gente a la calle el 31 de mayo", aseveró el abogado Manuel Barba.

El letrado representa a los destinatarios de esas cartas, que han decidido plantar cara de forma colectiva a la Cofradía de Pescadores "Virgen de las Mareas". "Hemos conseguido que los afectados vean que tienen derechos y que se unan. Esto es un problema social de un barrio de Avilés", subrayó Barba. El abogado presentará mañana en la Cofradía la respuesta de sus representados a la carta que recibieron: su negativa a dejar las viviendas a final de mes.

En la reunión, participaron en torno a medio centenar de vecinos. Y es que hay otra veintena de familias que se encuentra en la misma situación que sus vecinos. "Llevo desde el 55 en el barrio. Estoy de alquiler y esas casas ya tenían que ser nuestras. Es increíble lo que pasó en este barrio. Desmantelaron todo", señaló un residente. "Cuando entré en la casa me gasté un millón de pesetas en repararla, y como yo el resto", añadió otro. Barba subrayó que la Cofradía es una corporación de derecho público y adelantó que sus representados pedirán documentación sobre la compra-venta de viviendas en el Nodo. "La Cofradía de Pescadores tiene una finalidad: velar por el bienestar moral y material del colectivo pesquero y gestionar su patrimonio. Los contratos antiguos reconocen el derecho a vivir en la vivienda a los pescadores hasta su muerte, y luego pasa a las viudas o huérfanos. A finales de los 80 el cabildo reconoció en un acta esta situación de que esas personas se pueden quedar en las casas hasta su muerte", expuso el letrado.

Así las cosas, se avecina otra marejada en el poblado de pescadores. Los afectados temen perder el techo por el que llevan pagando, en algunos casos, desde 1946. La mayoría de los contratos antiguos del poblado tienen una cláusula por la que se renuevan mes a mes. La Cofradía defiende que tiene que subir las rentas (de unos tres euros a cerca de 300) por sus apreturas económicas.