La magistrada del Juzgado de instrucción número 4 de Avilés ha inhabilitado a un ganadero de Perdones (Gozón) por un período de cuatro meses a raíz de un vertido de purines sin tomar las pertinentes precauciones durante la primavera de 2016. La jueza no se queda ahí y también condena al infractor con dos meses de prisión y seiscientos euros de multa, a razón de seis euros por día durante los próximos cien.

La ganadería también ha recibido una sanción de cuatrocientos euros. Según el relato de la fiscalía, el ganadero procedió al vaciado de una fosa séptica en un terreno colindante con el río Redivo a su paso por Perdones. No tomó ninguna precaución que pudiera evitar daños por los vertidos. Tampoco tomó medidas de control ni distribuyó los desechos de manera uniforme sobre el terreno, de tal manera que los purines llegaron al cauce del Redivo generando condiciones de "baja oxigenación no viables" para diversas especies de invertebrados, peces y otros organismos acuáticos. Esos hechos llevaron a la jueza a condenar al ganadero por un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. La magistrada apunta en la sentencia que el condenado suscribió un convenio con Hunosa en noviembre de 2015 para evitar hechos como el sucedido meses después. Sin embargo, ese acuerdo para la depuración y tratamiento de purines no obtuvo la licencia definitiva para poner en funcionamiento la planta de tratamiento hasta diciembre de 2016.

El caso llegó a manos del juzgado tras una denuncia del Ministerio Fiscal, que entonces solicitaba tres meses de prisión para el condenado, además del pago de una sanción económica de seis euros diarios durante cinco meses y una inhabilitación para ejercer su profesión durante un período de seis meses. La Fiscalía pedía seiscientos euros de multa para la ganadería.

Definitivamente, la magistrada rebajó la condena solicitada a dos meses de cárcel, que no serán efectivos, mil euros de multa entre el infractor y su ganadería y lo más llamativo, que no puede ejercer su trabajo durante un período de cuatro meses, todo ello por no haber tomado medidas ante un vertido de purines junto a unos terrenos cercanos al río Redivo, en Perdones.