Elegir el mejor queso asturiano del año no es tarea fácil. Bien lo saben los integrantes de la asociación de cata de quesos Pláganu, que cada año desde hace once entregan el preciado título a un quesero artesanal de la región. Ayer premiaron a la quesería cabraliega Vega de Tordín, del barrio La Ería de Arenas de Cabrales. Esta quesería suma ya seis generaciones al frente y es, además, una superviviente. En el año 2012 fue víctima de la catástrofe de Llambrias. Una riada, fruto del reventón del canal de conducción de agua de una empresa eléctrica, causó una víctima mortal y varios heridos, arrasó varias viviendas y destruyó dos queserías, una de ellas la galardonada ayer en Avilés en el marco de la Feria del Queso y el Vino.

"Aquel día lo perdimos todo y tuve que volver a luchar por el queso Cabrales, pero gracias a eso ahora tenemos unas instalaciones modernas por las que el año pasado pasaron 11.000 visitantes", manifestó la propietaria de Vega de Tordín, Dorita Díaz. Destacó que la calidad del queso Cabrales que fabrican se debe a la tenencia de ganadería propia. "Los animales están en una especie de hotel porque tienen que tener buena calidad de vida para que produzcan bien. Sabemos lo que comen, cómo están... Eso es primordial para hacer un buen queso", dijo la quesera, que lleva una buena racha de premios desde la catástrofe de Llambrias. El pasado año, el mejor Cabrales del mundo, un Vega de Tordín, lo adquirió un restaurante madrileño por 11.000 euros en una subasta histórica.

Pláganu valoró de este queso que madura 20 días en quesería y dos meses en cueva sus olores y aromas "de alta complejidad". Ensalzó también que se trate de una quesería artesanal en continua evolución "que permite el crecimiento local". La Alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, presente en el acto, también defendió el consumo de productos locales al igual que José Jiménez, presidente de Pláganu.

Tras la entrega del trofeo, hecho por el ceramista Ángel Domínguez-Gil Juliana, la feria continuó a su ritmo haciendo del queso y el vino un gozo para los sentidos. Entre el público hubo hasta famoseo, en este caso político. La exministra de Sanidad e Igualdad, Leire Pajín, amiga de Monteserín, no se pudo resistir por ejemplo a comprar varias piezas de queso. Hoy el certamen abre sus puertas de once de la mañana a once de la noche.