"Ignacio interpretaba lo que vivía y sus cuadros son testigos de una actividad industrial frenética que explican la fuerza del trabajo y la vida dura", señaló ayer Blanca Sarasúa, viuda de Ignacio Ipiña, autor de los cuadros que componen la exposición "El legado de hierro", una colección de 32 óleos de temática siderúrgica que desde ayer pueden contemplarse en el Museo de la Historia Urbana de Avilés. Previamente permanecieron expuestos en el Museo de la Siderurgia y la Minería en Sabero, León.

Los cuadros muestran paisajes industriales de Baracaldo, Sestao o la ría de Bilbao, ciudad en la que nació el artista, político y bancario en 1932.

"Avilés es un lugar idóneo para presentar esta exposición por la vinculación que tiene con la siderurgia", indicó durante la presentación José Luis Ipiña, hermano del pintor, al que definió como "un retratista de la margen izquierda de la ría de Bilbao".