Estaban perfectamente coordinados y con malas artes lograron en aproximadamente dos años ingresos superiores a los 10.000 euros. E. C. G., de 20 años; J. R. H. L., de 29; M. C. L. S., de 54 y B. G. A., de 41 años, supuestamente estafaron a más de medio centenar de personas a las que vendieron productos a través de distintas aplicaciones móviles que nunca entregaron. El negocio ilícito marchaba a la perfección. Pero el plan se vino abajo por una muletilla: una de las detenidas repetía de forma habitual en sus comunicaciones con las personas estafadas la palabra "vida", y este término, utilizado de forma cariñosa en Asturias, fue el hilo del que tiraron los agentes encargados de la investigación y que les sirvió para identificar y localizar a los ahora arrestados.

Los cuatro implicados, siempre según fuentes policiales, captaban a través de distintas aplicaciones destinadas a la compraventa entre particulares a compradores de buena fe, a los que ofrecían determinados productos con un precio por debajo del existente en el mercado. Daban como opción para realizar el pago distintas vías. Con este señuelo irresistible para un importante número de víctimas, más de cincuenta en todo el territorio nacional, los supuestos delincuentes obtuvieron ingresos superiores a los 10.000 euros. Una vez que recibían el dinero acordado entre la víctima y los investigados, el comprador quedaba sin producto y sin noticas de los presuntos vendedores.

Los detenidos forman parte de un clan familiar residente en Avilés, donde estaba el epicentro de sus operaciones. La Policía Nacional de Avilés y también de Valladolid, que colaboró en el caso, dio con los supuestos ladrones después de una importante y larga investigación . Y como no podía ser de otra manera los agentes llamaron a este trabajo "Operación Vida". Los policías no descartan más detenciones en los próximos días y la práctica de nuevas gestiones que posibiliten identificar a nuevas víctimas de los cuatro avilesinos.