Cáritas Arciprestal de Avilés alertó ayer de la cronificación de la pobreza y del problema que supone el retraso de las revisiones del salario social básico, que pueden tardar hasta dos años. Los responsables de la organización hicieron balance de la actividad de 2016, cuando disminuyó el número de familias atendidas, pero aumentó la ayuda por unidad. Así, fueron 953 las familias acompañadas (un 7 por ciento menos que el año anterior), y 394.287 los euros invertidos: cada una recibió un 11 por ciento más de media. Y esto es, según explicó la responsable de Acogida, Carmen Gutiérrez, porque la salida de la crisis no llega a todos: "Muchos están lastrados al no reengancharse al mercado laboral y acabarse las prestaciones".

Y ahí es donde entra la falta de agilidad del salario social. Hay familias que recibían otras prestaciones y un complemento de 200 euros del salario social básico. Al acabarse el resto de ingresos ese complemento tendría que revisarse para subir hasta unos 700 euros, pero la espera supera los dos años. Esa ralentización también frena que los beneficiarios de este salario acepten empleos de corta duración, ya que después se verán abocados a un largo periodo de sequía económica, en tanto no se realice la revisión. Cáritas valora, sin embargo, la agilización en la primera concesión del salario, un trámite que ahora se resuelve en cinco o seis meses.

El arcipreste de Avilés, Vicente Pañeda, destacó que Cáritas ofrece "personas generosas que acompañan con gran ternura y humanidad". El responsable de Cáritas Arciprestal, Francisco Álvarez-Buylla, explicó que el dinero al que se destinan más recursos es la alimentación, con 316.564 euros para 782 familias.

La organización cuenta en el arciprestazgo con unos 300 voluntarios, una cifra que siempre se queda corta. "Seguimos necesitando voluntarios que estén interesados en contribuir a esta transformación de la sociedad, que es por lo que nosotros trabajamos", afirmó Sarai Rodríguez. El llamamiento va especialmente dirigido a los más jóvenes, que son la cantera. Juana Mari Riestra, representante de Cáritas de Candás, resumió: "No todos valemos para todo, pero todos valemos para algo en Cáritas".

También son necesarios recursos de forma constante. La mayor parte de las aportaciones llegan de socios y donantes, colectas en las parroquias, herencias y colaboración de empresas. "Hay personas que creen que estamos saliendo de la crisis y no necesitamos recursos... Bueno, pues no. Seguimos acompañando a familias incluso con mayor fuerza que antes en algunos casos", concluyó Rodríguez.