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El paraíso de los perros está en Corvera

El concejo cuenta con 3.600 metros cuadrados de parques para mascotas en Las Vegas, Los Campos y Trasona

El paraíso de los perros está en Corvera

Los perros de Corvera disponen de alrededor de 3.600 metros cuadrados para campar a sus anchas, sin correa, sin peligro y sin molestar a nadie. Todo un lujo, para ellos y para sus dueños. Es gracias a los tres parques caninos municipales que existen ya en el concejo: en Las Vegas, Los Campos y La Marzaniella (Trasona). Estas instalaciones cumplen dos años y para muchos corveranos se han vuelto imprescindibles. "Somos muchos los que nos juntamos aquí y los perros ya se consideran una manada", explica Silvia Becerra, la dueña de "Tara", una galgo que tiene poco tiempo más que el parque, dos años y medio.

La pequeña "Tara" corre junto a "Coco" y "Thor" por los 1.363 metros cuadrados que tiene el parque de Las Vegas, situado detrás de la casa de la Juventud, junto al centro sociocultural. Lo hacen vigilados por sus dueños, pero éstos tienen la tranquilidad de que sus amigos perrunos no corren peligro. En cada uno de los parques corveranos hay una puerta doble, que impide que los canes se escapen cuando, por ejemplo, entra en el recinto otro de sus compañeros de.

Manuel Pachón, dueño del bulldog "Coco", acaba de descubrir el recinto. Es de El Pozón, pero tiene que ir a Las Vegas varios días a la semana con su hija a una actividad deportiva. "En El Pozón nos juntamos los dueños de siete u ocho perros, nos venía muy bien tener algo parecido", sostiene. El avilesino explica que suele llevar a "Coco" atado en todo momento y son pocas las oportunidades que tiene de dejarlo correr sin ataduras. "Es muy sociable y siempre intenta ir a jugar con todos los perros que se encuentra, así que aquí está en la gloria", sostiene Pachón.

Begoña Barriales es una de las más habituales del cercado, que aprovecha el pastor alemán "Thor" para no parar quieto. "Vengo tres o cuatro veces por semana. Para un perro como 'Thor' es indispensable", señala.

A Rosa del Río le ocurre justo lo contrario, su yorkshire de dos kilos, "Duna", espera atada tranquilamente a que todos sus amigos se calmen para poder dar rienda suelta a su energía. "Aprovecho cuando ellos están tranquilos, comiendo hierba o descansando, porque es demasiado pequeña para jugar con ellos", señala la dueña.

"La verdad que no nos podemos quejar. Tienen un sitio seguro para jugar, una fuente para beber, y mucho espacio", sentencia Barriales, aunque sí hecha de menos, que "la segadora pase alguna vez". No es el único problema de mantenimiento que han detectado. Los vecinos de Trasona que llevan a sus canes a La Marzaniella, también solicitan que se proceda a allanar el terreno cada cierto tiempo, porque los perros, al jugar acaban formando baches y los dueños tienen problemas para interactuar con sus mascotas sin tropezar. Pese a esta necesidad de mantenimiento, los usuarios también reconocen que el concejo los perros tienen un paraíso vallado, que ha ido mejorando poco a poco con la colocación de la doble puerta; la fuente con grifo para humanos y otro para perros; o los bancos y papeleras.

El único municipio de la comarca, además de Corvera, que cuenta con parque canino es Castrillón, que cuenta con uno en Salinas y tiene proyectado otro en Piedras Blancas.

Corvera tiene tres y está buscando lugar para un cuarto. A los 1.363 metros cuadrados de Las Vegas, se unen los 1.586 metros cuadrados (tras el instituto de educación secundaria), y los 642 metros del de La Marzaniella. "Nuestra intención es contar con un parque canino en los cuatro núcleos urbanos del concejo. Falta construir el de Cancienes, pero por el momento no le hemos encontrado sitio. Tiene que ser en terreno municipal y estar ubicado cerca de las viviendas pero lo suficientemente lejos como para que no haya molestias entre los vecinos y los canes", explica el alcalde de Corvera, Iván Fernández. Mientras tanto, "Coco", "Thor", "Duna" y "Tara" seguirán dando brincos, descansando, jugando o "pastando como vacas", bromea Silvia Becerra, en un parque pensado para ellos, algo impensable hace unos años. El Ayuntamiento pensó en colocar elementos "agility", lo que serían los columpios para las mascotas, pero cada perro necesita unos a su medida y los dueños prefirieron contar con toda una pradera para que, el integrante de cuatro patas de su familia, corriera como "pocas veces puede hacer en otro lugar".

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