Saúl R. P., el conductor que huyó a más de 200 kilómetros por hora por la "Y" desde la plaza de la Cruz Roja de Oviedo hasta la calle Jovellanos de Las Vegas (Corvera), donde fue detenido por agentes de la Policia Local de Oviedo tras un persecución el martes de la semana pasada, será sometido mañana a las 13.00 horas a juicio rápido en el juzgado de lo Penal número 4 de Oviedo.

La Fiscalía pide para el hombre un año de cárcel por un delito contra la seguridad vial agravado por conducción temeraria así como la retirada del carné de conducir por un periodo de dos años. Cabe recordar que el acusado, Saúl R. P., natural de Luarca y afincado en Gijón, dio positivo en las dos pruebas de alcoholemia que arrojaron un resultado de 0,54 y 0,52 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, respectivamente. Asimismo, dio positivo por consumo de benzodiacepinas, una sustancia utilizada en calmantes y antidepresivos, en las pruebas de consumo de drogas y psicotrópicos que se le practicó en el HUCA.

La defensa del conductor, a cargo de la abogada del turno de oficio Amparo Morán, rechazó aceptar la pena en el juicio rápido convocado el pasado viernes en el juzgado de guardia, para evitar el inminente ingreso en prisión del acusado, al contar con diversos antecedentes penales.

El propio fugado, que se encuentra en libertad vigilada, reconoció que intentó escapar de los agentes de la Policía Local porque "llevaba cinco pollos -gramos de cocaína-" que tiró por la ventanilla antes de que fuese detenido. Además, se jactó en el propio juzgado de la fuga protagonizada. "Si no me equivoco de calle no me pillan porque mi coche vuela y las motos de la poli no valen para nada", indicó.

Los hechos que se dan por probados son que el conductor sancionado circulaba el pasado martes, día 23, por la calle Tenderina de Oviedo bajo la influencia de las bebidas alcohólicas que había ingerido en las horas precedentes, a gran velocidad y haciendo constantes cambios de carril, lo que llamó la atención de un agente de la Policía Local de Oviedo que se hallaba de patrulla. El policía dio el alto a Saúl R. P. a la altura de una paso de peatones de la calle Adelantado de la Florida y le mandó para el motor. Lejos de obedecer, el conductor respondió realizando acelerones, por lo que el agente introdujo la mano por la ventanilla y se la apoyó en el tórax al piloto para que depusiera su actitud. Lo que hizo entonces Saúl R. P. fue arrancar y huir, lo que obligó al agente policial a apartarse para evitar ser arrolado. Ahí comenzó una peligrosa persecución a toda velocidad por la autopista "Y".

El condenado llegó a alcanzar velocidades superiores a los 200 kilómetros por hora en su marcha alocada, además de hacer constantes y peligrosos cambios de carril. Así llegó hasta la calle Jovellanos de Las Vegas (Corvera), donde finalmente pudo ser reducido. Sometido a controles de alcoholemia, el hombre dio tasas de 0,54 y 0,52 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en pruebas practicadas con 17 minutos de diferencia. Así mismo, las pruebas toxicológicas realizadas en el HUCA dieron positivo en psicotrópicos.

El acusado, según la descripción policial, presentaba signos de intoxicación etílica como rostro pálido, olor a alcohol en el aliento, equilibrio balanceante y habla pastosa, entre otros. Según el historial delictivo de Saúl R. P., con anterioridad a estos hechos ya había sido condenado por lesiones en el ámbito familiar, quebrantamiento de condena, conducción bajo los efectos del alcohol y lesiones.

Pocos días después de su fuga de Oviedo y detención en Corvera, Saúl R. P. dio positivo en una prueba de drogas que le practicó la Policía Local de Gijón, sin llegar a ser detenido, segun fuentes policiales. Fue el último episodio de los muchos que el propio conductor asegura atesorar en su historial delictivo y tuvo lugar en el barrio gijonés del Natahoyo. Los agentes municipales se encontraban realizando un control de alcoholemia rutinario cuando dieron el alto al ya famoso BMW negro "que vuela", según indica su dueño. Los niveles dados en dicha prueba no superaron el umbral de lo sancionable, pero los policías decidieron practicarle una prueba para determinar si había consumido drogas al verle "nervioso".

Dicho test sí resultó positivo, lo que unido al hecho de que la ITV del coche estaba caducada, les llevó a inmovilizar el vehículo sin llegar a detener al conductor, natural de Luarca, pero vecino de Gijón, al cual se le impuso una sanción administrativa por conducir bajo los efectos de unas sustancias ilegales que no fueron concretadas por las fuentes policiales. Tampoco pudieron determinar si el positivo podría deberse al consumo de otras sustancias como antidepresivos, por los cuales dio positivo el martes tras pasarse por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para hacerse controles de consumo de drogas, posteriormente a su detención.